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Drama
A la muerte de su hermana Rosa, Tula recibe en su casa la compañía de su cuñado Ramiro. La convivencia entre Tula y su cuñado, al principio, no está exenta de roces y tensiones, sobre todo cuando Emilio, que desea casarse con Tula, pretende que Ramiro haga valer su influencia sobre ella para facilitarle sus planes de boda. Pero Ramiro se siente atraído por su cuñada, atracción que se ve favorecida por la vida en común. (FILMAFFINITY)
17 de agosto de 2018
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupendo retrato de la vida de provincias durante la época franquista, en el que el director Miguel Picazo adapta una obra de Miguel de Unamuno, donde se nos recrea y analiza magníficamente, todas las consecuencias que una férrea educación moral y castradora, supusieron para los hombres y mujeres de esa sociedad.
Ramiro, padre de dos niños pequeños, ha enviudado recientemente. Tula, hermana de la fallecida, acogerá en su casa a su cuñado y sus sobrinos, para cuidar de ellos, con amor y ese sentido del deber abnegado que toda mujer de su tiempo había mamado desde la infancia. Su vida no importa. Se debe a los pobres niños sin madre. Y ya se sabe que un hombre sólo, no está capacitado para hacerse cargo de ellos.
Ramiro como buen hombre de su tiempo, accede a la situación. Sus hijos necesitan la firme y bondadosa mano femenina para ser educados.
Y así comienza la situación. Tula, es una mujer con un temple de hierro. Fuerte, independiente, con una moral intachable y orgullosa de sí misma en su situación, que se siente necesaria y toma bajo sus espaldas a esa nueva familia, no como un sacrificio que debe asumir, sino con el orgullo de saberse imprescindible en su " nueva familia".
Porque Tula es ante todo una madre. Tula en esta nueva situación, a cargo de su cuñado y sus sobrinos, se siente plena. Ya no necesita casarse y someterse a su cónyuge. Como mujer no echa de menos el amor de un hombre. Con el fallecimiento de su hermana, se han dado las circunstancias que gratifican plenamente a Tula. Siendo libre e independiente, puede ejercer sus instintos maternales sin someterse a una sexualidad que abomina, pues le parece un acto sucio y pecaminoso..
Ramiro, padre de dos niños pequeños, ha enviudado recientemente. Tula, hermana de la fallecida, acogerá en su casa a su cuñado y sus sobrinos, para cuidar de ellos, con amor y ese sentido del deber abnegado que toda mujer de su tiempo había mamado desde la infancia. Su vida no importa. Se debe a los pobres niños sin madre. Y ya se sabe que un hombre sólo, no está capacitado para hacerse cargo de ellos.
Ramiro como buen hombre de su tiempo, accede a la situación. Sus hijos necesitan la firme y bondadosa mano femenina para ser educados.
Y así comienza la situación. Tula, es una mujer con un temple de hierro. Fuerte, independiente, con una moral intachable y orgullosa de sí misma en su situación, que se siente necesaria y toma bajo sus espaldas a esa nueva familia, no como un sacrificio que debe asumir, sino con el orgullo de saberse imprescindible en su " nueva familia".
Porque Tula es ante todo una madre. Tula en esta nueva situación, a cargo de su cuñado y sus sobrinos, se siente plena. Ya no necesita casarse y someterse a su cónyuge. Como mujer no echa de menos el amor de un hombre. Con el fallecimiento de su hermana, se han dado las circunstancias que gratifican plenamente a Tula. Siendo libre e independiente, puede ejercer sus instintos maternales sin someterse a una sexualidad que abomina, pues le parece un acto sucio y pecaminoso..
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Pero no todo va a ser tan simple.
Ramiro, no tarda en sentir en la convivencia con la hermosa Tula, además de una gratitud y admiración sinceros, un deseo sexual irrefrenable, que se irá apoderando de él poco a poco y cuyos escrúpulos morales ( es su cuñada al fin y al cabo), no podrá reprimir.
Y es que Tula, no es consciente de lo hermosa que está cuando plancha y acaricia las prendas con sus manos. No es consciente de lo hermosa que está cuando se inclina en su cama para cambiar las sábanas, ni cuando frota con sus manos mojadas las tazas del desayuno.
Pero Tula tampoco es de piedra. Le molesta mucho que su cuñado cruce el pasillo en camiseta de tirantes. Pero Tula tiene una defensa que Ramiro no posee. Y es su férrea moral católica. Esa férrea moral inculcada desde su infancia, que niega la sexualidad femenina y sólo es aceptable en su vertiente reproductora o como forma de sumisión a las necesidades del marido.
Cuando Ramiro le propone matrimonio, ésta se escandaliza. El marido de su hermana por Dios.¿ Cómo va a aceptar esa situación?. Sus escrúpulos morales se lo impiden, pero rechaza a Ramiro reprochándole su actitud sin querer ver que ya se ha abierto la caja de los truenos.
-" Reza por papá", le pide a su sobrina, creyendo que él está equivocado, no queriendo ver que ella debe tomar una determinación. Que sus sobrinos no son sus hijos, que su cuñado no es un marido acomodaticio y platónico.
Finalmente, llega la crisis. Un buen día, Ramiro agrede a Tula, intentando forzarla y ella, se esconde en el baño.
Va a ver a su confesor y éste, como buen cura le aconseja que se case y se someta así, a todos los deberes conyugales si quiere seguir haciéndose cargo de sus sobrinos.
Pero ésta con la autoestima muy alta, inusual en una mujer de aquella época le espeta " yo no soy remedio de nadie". Quiere ser amada por sí misma, no ser la solución de nada, pero no se da cuenta de que ya está siendo la solución de otros y de que está viviendo una vida que no le pertenece. Tula debería decidir si quiere o no a Ramiro y si no lo quiere, mandarle de su casa. Pero no es capaz de renunciar a sus sobrinos. También sus escrúpulos morales se lo impiden. Está atrapada entre la conservación de su integridad moral o sus deseos.
Finalmente Ramiro, se deja llevar por sus instintos y deja embarazada a una jovencita simple de su pueblo.
Se tendrá que casar con ella y al contárselo a Tula, ésta montará en cólera y le reprochará ser incapaz de amar a nadie.
" Tú no amas a nadie. No has amado a Rosa, ni a mí, ni a Juani, ni a tus hijos. Tú sólo quieres...eso." " Yo, estoy en mi casa, deberías besar el suelo por donde yo piso". Sigue estando convencida de haber entregado amor y ser merecedora de ello. Sigue estando convencida de que el sexo, es una debilidad humana que hace impuros a los que la cometen.
Tula, es un magnífico retrato de lo que las educaciones castradoras han hecho en los hombres y, sobre todo, en las mujeres. PORTENTOSA.
Ramiro, no tarda en sentir en la convivencia con la hermosa Tula, además de una gratitud y admiración sinceros, un deseo sexual irrefrenable, que se irá apoderando de él poco a poco y cuyos escrúpulos morales ( es su cuñada al fin y al cabo), no podrá reprimir.
Y es que Tula, no es consciente de lo hermosa que está cuando plancha y acaricia las prendas con sus manos. No es consciente de lo hermosa que está cuando se inclina en su cama para cambiar las sábanas, ni cuando frota con sus manos mojadas las tazas del desayuno.
Pero Tula tampoco es de piedra. Le molesta mucho que su cuñado cruce el pasillo en camiseta de tirantes. Pero Tula tiene una defensa que Ramiro no posee. Y es su férrea moral católica. Esa férrea moral inculcada desde su infancia, que niega la sexualidad femenina y sólo es aceptable en su vertiente reproductora o como forma de sumisión a las necesidades del marido.
Cuando Ramiro le propone matrimonio, ésta se escandaliza. El marido de su hermana por Dios.¿ Cómo va a aceptar esa situación?. Sus escrúpulos morales se lo impiden, pero rechaza a Ramiro reprochándole su actitud sin querer ver que ya se ha abierto la caja de los truenos.
-" Reza por papá", le pide a su sobrina, creyendo que él está equivocado, no queriendo ver que ella debe tomar una determinación. Que sus sobrinos no son sus hijos, que su cuñado no es un marido acomodaticio y platónico.
Finalmente, llega la crisis. Un buen día, Ramiro agrede a Tula, intentando forzarla y ella, se esconde en el baño.
Va a ver a su confesor y éste, como buen cura le aconseja que se case y se someta así, a todos los deberes conyugales si quiere seguir haciéndose cargo de sus sobrinos.
Pero ésta con la autoestima muy alta, inusual en una mujer de aquella época le espeta " yo no soy remedio de nadie". Quiere ser amada por sí misma, no ser la solución de nada, pero no se da cuenta de que ya está siendo la solución de otros y de que está viviendo una vida que no le pertenece. Tula debería decidir si quiere o no a Ramiro y si no lo quiere, mandarle de su casa. Pero no es capaz de renunciar a sus sobrinos. También sus escrúpulos morales se lo impiden. Está atrapada entre la conservación de su integridad moral o sus deseos.
Finalmente Ramiro, se deja llevar por sus instintos y deja embarazada a una jovencita simple de su pueblo.
Se tendrá que casar con ella y al contárselo a Tula, ésta montará en cólera y le reprochará ser incapaz de amar a nadie.
" Tú no amas a nadie. No has amado a Rosa, ni a mí, ni a Juani, ni a tus hijos. Tú sólo quieres...eso." " Yo, estoy en mi casa, deberías besar el suelo por donde yo piso". Sigue estando convencida de haber entregado amor y ser merecedora de ello. Sigue estando convencida de que el sexo, es una debilidad humana que hace impuros a los que la cometen.
Tula, es un magnífico retrato de lo que las educaciones castradoras han hecho en los hombres y, sobre todo, en las mujeres. PORTENTOSA.