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Voto de juanantlopez:
9
Drama Narra las ajetradas vidas de unos agentes inmobiliarios de Chicago que intentan sobrevivir en un mundo altamente competitivo y un mercado en plena depresión. A pesar de la situación, reaccionan siempre con unos escrúpulos y una solidaridad admirables. (FILMAFFINITY)
19 de agosto de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atención a la jugada: Al Pacino, Jack Lemmon, Ed Harris, Alan Arkin, Kevin Spacey, Alec Baldwin. ¡Eso es más que un repóker de ases! Con ese reparto, Glengarry Glen Ross promete... y cumple de sobra.
Basada en una obra de teatro de David Mamet, ganador del Pulitzer, Glengarry Glen Ross es una de las mejores películas sobre la adicción al trabajo, sobre la presión inhumana que se ejerce sobre el trabajador y, por encima de todo, es una crítica al culto desmedido al dinero. Temas que, desde luego, siguen muy de actualidad, quizás de forma cada vez más notoria y sangrante.
David Mamet desarrolla el tema poniendo en la cuerda floja a un grupo de vendedores inmobiliarios, presionados por las bajas ventas. Entre ellos surgen las tensiones, las traiciones, los tratos sucios y, por último, la desesperación al ver que su situación laboral se desmorona por momentos. La tensión se desborda una y otra vez gracias a un guión repleto de diálogos afiladísimos. Sin duda, es el fuerte de la película de James Foley, como no podía ser de otra manera teniendo en cuenta su referente teatral.
Glengarry Glen Ross disecciona sin censuras un sector laboral, el inmobiliario, cada vez más deshumanizado, que ha convertido a sus empleados en "tiburones", precisamente porque llega un momento en que el trato que reciben los despoja de su humanidad (queja común de los personajes de la película).
No hay más que ver el reparto de actores (ni una sola mujer en toda la película) para saber que estamos ante un film de primera calidad. Todos ellos están sublimes y saben plasmar la personalidad de cada uno de ellos (el honrado veterano, el joven que viene pisando fuerte, el reivindicativo, el jefe implacable, etc.) a la perfección, sin fisuras. Es simple y llanamente un recital interpretativo de altísimo calibre.
Si hay una obra de teatro que cobra nueva vida con éxito y mucha fuerza en su traslado a la gran pantalla, ésa es Glengarry Glen Ross. El texto de Mamet está lleno de fuerza, de diálogos mordaces y agresivos; todo ello se traduce en una acerada crítica del materialismo que gobierna nuestras vidas y de las altas esferas a las que les basta un chasquido de dedos para destrozar la vida de una persona. Imprescindible.
juanantlopez
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