Audaz si, se ha de reconocer, aunque a la vez cutre como solo en este país podemos ser, porque hay que ver, vaya invento este el de montarse un largometraje basado en el patético hazmerreir de video ese que corre por la red para vilipendio del pobre chaval que cual homo erectus se erigió en primer pagafantas.

Y como pagafantas en alguna vez que otra hemos sido todos, será por eso que me deja un regusto agridulce. Dulce de lo divertido que es reírse del protagonista, sus fiascos y según como reírse de uno mismo y de las tonterías que se es capaz de hacer cuando se está enchochado, pero amargo por la incomodidad de verse identificado con según que cosas, por la excesiva crueldad de otras, o porque la supuesta gracia que debería hacer no es absoluto tan intensa como se prometía.

El problema es que ni lo dulce ni lo amargo consigue llegar a emocionarme, que como mucho lo que puedo llegar a sentir es una profunda antipatía por la caradura de la protagonista y un ligero divertimento por el empecinamiento del chaval en seguirle la corriente, pero de ahí a considerar que esta es una gran película, o como mínimo gran comedia, media un abismo.

"¡Tu lo que eres es un pagafantas!"