Se comprueba que cada película tiene su momento, su culminación en la corriente de opinión imperante en cada época. Nada más ver a Giulietta Masina pensé en Lina Morgan, sí, quizá cada vez que vi a Lina Morgan debiera haber tenido que pensar en Giulietta Masina por prestigio europeo o llegados hasta este punto por su prestigio mundial (no me lo creo) hasta ahí mi "incultura" cinéfila. Hay películas que tienen su tiempo y por tanto envejecen mal. Reconozco al que esté leyendo esta crítica que en mitad de la película dejé de verla y quizá me perdí lo mejor, en donde se encuentra la - muy - bien - vendida - grandeza de este film pero no me emocionó, no consiguió eso que se llama en el mundo del cine "conectar". El Neorrealismo italiano, los clásicos italianos tienen mucho más que ofrecer que esta obra del endiosado Fellini. A Fellini lo endiosan lo mismo que los que aquí en España endiosan a Berlanga, de este último salvaré dos o tres películas de su extenso bagaje cinematográfico. Ya está, pasemos página, vamos evolucionando y reconozcamos que hay ciertas películas idolatradas que tienen los pies de barro. Me gustaría comparar este clásico con otros de la misma nacionalidad y época que siguen vigentes y que por mucho que vuelva a verlas me siguen transmitiendo todo su encanto pero ni quiero hacerme "el listo", ni quiero ser pedante ni quiero ser pesado así que aquí queda mi crítica - reflexión.