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Voto de gonzalo restrepo sanchez:
7
Serie de TV. Drama Miniserie de TV de 4 episodios. Francia, principios del siglo XIX. El noble y antiguo criminal Valjean y su enemigo, el incansable inspector Javert, son los protagonistas de este film basado en la novela homónima de Victor Hugo (1802-1885). (FILMAFFINITY)
22 de agosto de 2010
7 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he sostenido, que escribir sobre cine y hacer crítica, no es simplemente decir que un film es bueno o malo, es hacer visible lo invisible. Y si la gente no lo comparte, al menos, humildemente sembrar la intención de que busque otra verdad. “Los miserables” es una obra literaria que en sus versiones para el cine, siempre dejan plasmado, la sencilla idea que existe gente buena como Jean Valjean y gente mala en la vida como Javert.

Y aunque resulte difícil descubrir aquel ser “invisible” —siempre escondido como los forajidos o desterrados por su infelicidad—, que está intentando agredir, arrollar, o lesionar a otra persona inocente, porque vaya uno a saber que clase de desdicha no le deja en paz; al final es tal su desventura, que acabará “tirándose al Sena” (metafóricamente hablando) para acabar con una vida mezquina.

Si miserable proviene del latín miserabilis (digno de conmiseración), a Valjean se le puede tener misericordia, pero a Javert por ser como es, ¿se le podría calificar de tal forma? Es por ejemplo, que alguien (un Javert) siempre está al acecho de que salga una crítica mía —o la suya, por la razón que sea— para considerarla inútil, así porque sí. ¿Qué de malo tiene escribir?

Esto me recuerda al profeta Elías quien comenzó a huir de Jezabel y se fue por el desierto. Entonces, sin compañía alguna y debajo de un enebro, ansió la muerte y expresó: ¡Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres! Dado que Elías conocía la autoridad de Dios, pudo haber pensado que toda su desgracia a la larga era culpa de Jehová, y dijo lo que dijo como un mecanismo de escape y transferencia en el cual nos cobijamos cuando estamos inmersos en conflictos.

Lo que concluyo y comparando a Eliás con Javert —ambos desgraciados aunque en argumentos diferentes—, es que al menos el profeta en su estado depresivo — “¡Quítame la vida!”— no es él mismo quien se atrevería a cometer semejante ofensa contra Dios, sino que le pide a Él que le quite la vida. En cambio Javert si se la quita. Es que esconderme detrás de algo, para hacer daño, si es bien complicado. ¡Bueno, bendito sea Dios!

¡Ah! Sobre Elías...¿Por qué no dejó que Jezabel le quitara la vida?
gonzalo restrepo sanchez
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