Excelente film.

El argumento es frenético y muy sólido, a comparación con otros trabajos posteriores del director.

La fotografía es impecable, añadiendole más visionado alucinado y surreal. En ratos uno puede descubrir la influencia sumamente artística, ejemplo notabilísimo es el montaje del cuadro "Nighthawks" de Edward Cooper, o la puesta en escena en la ambientación de fondo, con los secundarios y extras estáticos, como si cada escena fuese un cuadro en movimiento.


Otro punto a ver es la violencia en el film, muy gráfica, con la sangre de un color muy rojo, casi rosa, como en las pelis de Tim Burton.


Esta entrega de Argento al género del terror italiano marcó un punto de inflexión a seguir en el giallo, género de pelis de asesinos al que aportó bastante.


10/10 porque sólo a 10 llega la puntuación.