Muy bueno tiene que ser el año del cine español para que la mejor película no sea esta (o eso piensen los señores de la academia, parece).

Film carcelario donde los haya, con una fuerte cercanía a lo español, al público de aquí, pero que justo por eso podría plantearse la comercialización exitosa en el extranjero (como lo hicieron "Ciudad de Dios" & Cia.), al menos en los países latinos.

Lo mejor:
Sin duda las actuaciones. Luis Tosar está enorme, tanto en el sarcasmo como en la violencia da la talla de lo que ha de ser el amo del cotarro de la prisión, un asesino a sangre fría con más dedos de frente que la mayoría de sus compinches y con un poder de decisión que, ocasionalmente, nuble su mente.
El novato Alberto Ammann, a pesar de las críticas, sale vivo de este gallinero, y cumple con creces en su papel, que comienza de manera débil como un niñito de papá muerto de miedo y acaba como un igual de Tosar (salvo por el sarcasmo, claro está).
Y de entre los secundarios, que todos cumplen, yo destacaría a Luis Zahera, que uno piensa que se ha dado a la droga de verdad. Es la viva imagen del yonki de cualquier esquina de cualquier barrio bajo, pero con más ganas de matar.

Lo peor:
Lo explícito de las imágenes, tanto en la violencia como en los flashbacks del protagonista y su señora esposa (personaje con el cerebro que se le queda a un conejo tras realizar el coito).
Todos los que la hemos visto sabemos que la forma en que termina el del kiwi en la cabeza bastaba con contarla...

Ps. Y no olvidemos la brillante aparición de "los amigos del Norte".