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Voto de Gabi Oldman:
9
Drama Filme surrealista, todo un clásico del cine de arte y ensayo, una obra única y de culto, fruto de la poderosa imaginación de dos jóvenes mentes -Buñuel tenía 29 años y Dalí 25- poseedoras de un talento tan singular como genial. Según declaraciones del propio Luis Buñuel, "Un perro andaluz fue un film antivanguardista, nada te­nía que ver con la vanguardia cinematográfica de entonces. Ni en el fondo ni en la forma (...) también se iba a ... [+]
27 de junio de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Absténganse mentes tradicionales, lectores asiduos a la razón o cuerpos sólidos a los que soñar les resulta cómodo. Hablar de surrealismo implica, a priori, la lógica errónea del todo vale, porque el surrealismo carece de lógica pero tampoco vale todo.

Un perro andaluz está considerada por el propio André Breton la pieza clave del cine surrealista, creada por dos figuras sinónimo del movimiento, Luis Buñuel y Salvador Dalí, que retratan a modo de escritura automática sus supuestos sueños, o sueños de sus sueños.

Un cortometraje que por su condición de mudo consigue una expresividad imposible de alcanzar con sonido; véase, por ejemplo, cualquier film de David Lynch y cómo en sus escenas más oníricas apenas utiliza este recurso, y de hacerlo es incomprensible, molesto y a veces vacío.

Con Un perro andaluz, Buñuel nos da en 17 minutos una lección magistral de surrealismo, de la mejor forma que se puede hacer: sin palabras. Deja que la mente del espectador fluya por los salvajes derroteros del subconsciente hasta donde quiera o pueda llegar, sin límites. Lo que cuenta en este (sin)sentido no es asunto de la razón, aquí cabe cualquier cosa salvo la sensatez.

El caos, la forma más lógica de orden, de las ideas enmarcadas en situaciones oníricas que nos llevan irremediablemente, bajo las interpretaciones que se quiera, a obsesiones humanas como el deseo sexual o la muerte; o la crítica a la religión católica.

Todo ello desde el humor que siempre ha caracterizado la filmografía del genio de Calanda. Marcado por la irreverencia y la incorrección política que incluso (y tristemente) en nuestros días es censurado de la forma más absurda y despreciable, sólo porque mentes cuadriculadas, que no saben reírse de sí mismas, no distinguen entre el humor y el insulto o, peor aún, no les interesa distinguirlo.
Gabi Oldman
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