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Voto de Chris Jiménez:
8
Bélico. Aventuras. Acción En plena Segunda Guera Mundial (1939-1945), John Smith (Richard Burton) es el jefe de un grupo de élite cuya misión es infiltrarse en las líneas enemigas alemanas para rescatar a un general americano, prisionero de los nazis, antes de que lo obliguen a hablar del plan de invasión de Normandía. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las misiones más peligrosas que pudieron darse durante el transcurso de la 2.ª Guerra Mundial, aparentemente complicada y realmente imposible.
En los meses precedentes al desembarco de Normandía un comando se lanza en paracaídas con el propósito de acceder a una fortaleza de montaña considerada inexpugnable...

En los tiempos en los que las grandes películas bélicas se alejaban del rigor histórico o de la inmediatez dramática que tanto lustre dieron al género en décadas anteriores y apostaban por el puro y duro espectáculo cinematográfico, una serie de hechos daría pie a que naciera uno esos títulos legendarios del mismo. Por un lado el productor Elliott Kastner solicitaba al exitoso autor Alistair MacLean, quien ya consideraba su retiro, confeccionar un guión de aventuras con escenario de guerra al estilo de "The Guns of Navarone" o "Ice Station Zebra" (también adaptadas al cine).
Por otro, el actor reciclado en director (sin mucho éxito en ambas cosas) Brian Hutton sería contratado por Kastner tras haber trabajado para él; y por último un Richard Burton que tanto disfrutaba de una increíble carrera como de una vida personal bastante agitada por su afición al alcohol y su turbulento matrimonio con Elizabeth Taylor, se acercó a aquél y le pidió un papel de héroe aguerrido. "El Desafío de las Águilas" fue en efecto un enorme desafío, rodada con todo lujo presupuestario por localizaciones intransitables austríacas y estando equipo y actores a merced de condiciones naturales insoportables.

Hutton desde luego sabe capturar con sus cámaras la belleza y la inclemencia del paisaje, haciendo de él un protagonista más de esta historia que recurre a los mismos patrones de "Secreta Invasión" y su versión de alto copete "Doce del Patíbulo" o la misma "Los Cañones de Navarone", y donde se daban cita todos los elementos que tan buenos resultados habían arrojado a los libros de MacLean. Nos ponemos en las mismas: un grupo de militares cuidadosamente seleccionado debe rescatar a un general americano al corriente de los planes estratégicos aliados.
Pero desde el inicio de su periplo en pleno corazón del Reich, esta cuadrilla empieza a ser víctima de la traición, algo intuido por sus jefes; el escritor y el director se las ingenian para esconder siempre los secretos ante el espectador, y éste último las deja en suspenso apartando la cámara de las exposiciones y diálogos reveladores para desviar su atención a la intriga y la acción, las verdaderas maestras de ceremonias de un metraje que pese a su extensión avanza con total velocidad y seguridad. No es extraño; la gran química entre Burton (el elocuente oficial británico experto en misiones de alto riesgo) y un joven Clint Eastwood (el parco y duro militar americano) contribuye a poner al público a merced de la aventura.

Una aventura a través de las líneas enemigas que ofrece al fan todo lo que puede, a pesar de rozar lo inverosímil (hasta acercarse a las peripecias de James Bond, muy de moda en el momento), pero que Hutton, con el pulso de un Sturges, un Mann o un Ford cualquiera, desarrolla a golpe de ingenio, grandes cantidades de violencia y sobre un guión enrevesado en el cual la trampa para el espectador es idéntica a la que caen buena parte de los personajes, atrapados en el claroscuro mundo del contraespionaje, dejándose al descubierto, con no poca socarronería, la vulnerabilidad y poca fiabilidad interna de los organismos dedicados a ello.
Al mismo tiempo el enemigo alemán, y como de costumbre en los films de la época, aparece desdibujado por un barniz que acerca su imagen a la pura parodia...a la cual, bien mirado, tampoco escapan los esforzados héroes. El cineasta prepara la infiltración en el castillo durante la segunda mitad del film y desplaza la acción de los amplios escenarios exteriores a suntuosos y no poco agobiantes decorados interiores; en esta parte tendrá lugar el mayor punto de inflexión, durante esa conversación en la sala del alto mando saliéndose Burton por la tangente con una actuación magistral y donde la trama se retuerce, desdobla y se transforma en otra cosa.

Pero con tal eficacia hasta no dejar al espectador (y a los propios protagonistas) con más opciones que rendirse ante esos vuelcos de sinsentido argumental, sin más resolución lógica que la planteada por la ilógica del mismo guión, haciendo creíble lo increíble y arrastrándonos a un farragoso misterio de dobles identidades, mentiras y vías de escape minuciosamente trazadas que dejan a la imaginación si podrán tener o no una explicación razonable. No obstante Hutton ya nos tiene por el pescuezo, y lo próximo será vapulearnos con algunas de las secuencias de acción más espectaculares, violentas y brutas que ha conocido el género.
Destacando un servidor, por encima de todas, la "bondiana" pelea a puñetazo limpio sobre la cabina del teleférico, aunque éste cumple bien el dejarnos sin respiración durante esa huida de los protagonistas por territorio enemigo a bordo del autobús blindado, elevándose ya lo inverosímil a niveles estratosféricos y demostrando que si aquí se apunta a algo es al entretenimiento en su más pura esencia, mientras Hutton, plasmando la crítica mordaz de MacLean, da paso a una visión desmitificadora y cínica del bélico del mismo modo que hicieron en la época Aldrich, Pollack, Siegel, Guillermin, Castellari, el mencionado Sturges y otros muchos.

Una fórmula que el neoyorkino repetiría, corregida y aumentada, en su siguiente proyecto, la también legendaria "Los Violentos de Kelly", con Eastwood de nuevo a bordo.
Por su parte el film que nos ocupa hizo gala de todas sus bazas, siendo una de ellas el genial reparto secundario (cabe señalar a Donald Houston, Robert Beatty y las hermosas Ingrid Pitt y Mary Ure), y logró sin problemas conquistar la taquilla y a los críticos por igual. Lo dicho, una hazaña convertida en gran clásico, tremendamente influyente para infinidad de cineastas.
Chris Jiménez
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