Cuando era muy pequeñito todavía la consideraba como mi "Ciudadano Kane", ya que no me importaba cuantas veces la veía, siempre me parecía como si fuese la primera vez, y siempre la consideraba como la mejor película que había visto en toda mi vida.

Hace poco la volví a ver, pero ya había pasado algo más de 15 desde la última vez, y claro, en ese lapso de tiempo he visto muchas más, pero cuando ya empezó a tocar la clásica canción de Ray Parker Jr, mis impresiones siguieron siendo las mismas y me mantengo en pensar que continuará como una de mis favoritas hasta que me convierta en un "ectoplasma."

Un auténtico clásico de esa dorada década de los 80, y obra de uno de los mejores directores de comedias en Hollywood, Ivan Reitman, actualmente venido a menos. Del reparto, que más podría pedir, empezando por uno de mis comediantes favoritos Bill Murray, a este señor le queda como anillo el rol del Dr. Peter Venkman, de hecho y como dato gracioso, yo pensaba que se llamaba así en la vida real. Continúo con otro grande como Dan Aykroyd, sencillamente genial. Harold Ramis y Ernie Hudson completan este cuarteto que se hizo inmortal con esta película. No puedo olvidar a Sigourney Weaver y al gran Rick Moranis en uno de sus papeles más graciosos de toda su carrera.

Un guión bastante fácil de entender, nada exagerado o pretencioso, muy divertido (y que por cierto fue obra de Aykroyd y Ramis), entretiene y sobre todo, posee algo que actualmente es muy difícil de encontrar en producciones de casi todo género: corazón.

Este tipo de películas, con mucha tristeza lo digo, ya nadie las hace, ni el mismo Reitman. Solo resta esperar a que la tan anunciada tercera parte compensé casi un cuarto de siglo de espera.