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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Intriga. Thriller. Cine negro Roger Sartet ha sido encarcelado por asesinato, pero el clan siciliano dirigido por el venerable Vittorio Manalese lo libera. El objetivo de la banda es apoderarse de las joyas de una exposición que se celebra en Roma. Mientras preparan el golpe, Tony Nicosia, un amigo americano, sugiere que la mejor forma de hacerse con las piedras es asaltando el avión que las transporta hacia Nueva York. El tenaz inspector Le Goff intentará desbaratar sus planes. (FILMAFFINITY) [+]
2 de septiembre de 2016
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
“EL CLAN DE LOS SICILIANOS”, arranca con una frase bastante particular tomada de algún texto de Anton Chejov: “Cuando pienso en los ladrones de caballos, no pienso que esté mal robar caballos, ese es asunto del jurado y no mío”. Es algo así como cuando vemos cualquier película en la que una banda decide asaltar un banco, un casino o una poderosa joyería: Nosotros admiramos el ingenio utilizado y la espectacularidad del hecho. Los juicios sobre lo correcto o no de hacer eso… se los dejamos a los policías.

Habiendo logrado reunir a tres de los actores más renombrados del cine francés: Jean Gabin, Alain Delon y Lino Ventura, y adaptando otra novela del recordado autor de “Rififí”, Auguste Le Breton, el director Henri Verneuil, logra un atractivo filme que fue muy bien acogido en las taquillas, sobre todo en Francia, donde mucho se venía hablando de la “real” vinculación de Delon con la mafia europea, lo cual sería luego totalmente desmentido.

Su personaje, Roger Sartet, es aquí un delincuente cuyo prontuario ha empezado a los 14 años y que, por interferencia de su hermana Monique con la familia Manolese -a la que los allegados conocen como El clan de los sicilianos-, es ayudado a fugarse durante un traslado que va a realizársele. Lo que sigue, es la planeación y realización de un osado asalto durante otro traslado: el de valiosísimas joyas a New York, del que Sartet será el segundo a bordo, pues, el capo Vittorio Manalese lo considera bastante ligero y de la suerte de tipos a los que el sexo pierde fácilmente.

La acción está muy bien llevada, y sobre todo en su primera parte, el filme resulta ágil, inteligente y con diálogos muy efectivos. Los personajes de Delon y Gabin, nos predisponen a un posible duelo generacional bien interesante, donde la ligereza y la mesura, quizás, nos muestren cuál es más efectiva para vivir positivamente… pero no ocurre mucho en este aspecto, y de pronto, el filme se queda en lo físico, en la acción y en el machismo all’italiana, y los aspectos psicológicos que caracterizan los grandes filmes, comienzan a diluirse bastante, además de que la acción pierde peso y la secuencia del avión toma tiempo para volver a tomar aire “del grueso”. Por otro lado, la edición reclama más rigurosidad y la música de Morricone -dirigida esta vez por Bruno Nicolai-, va resultando pesada, pues, es tan altisonante que, en vez de subrayar, casi siempre se impone a la imagen y termina por atosigarnos.

Al final, el disfrute es de mediano calibre; se siente que el filme algo ha perdido con el paso de los años, pero ver a ese trío de grandes actores ha valido la pena. Y visto el final, uno comprueba que, efectivamente, a la ligereza le falta mesura, pero a la mesura le falta sensatez.
Luis Guillermo Cardona
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