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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Thriller. Intriga Después de treinta años trabajando juntos, los detectives Turk (Robert De Niro) y Rooster (Al Pacino) están a punto de jubilarse, pero antes les encargan la investigación del asesinato de un conocido proxeneta que estuvo implicado en un caso resuelto por ellos. En el cuerpo de la víctima se ha encontrado un poema de cuatro líneas que pretende justificar el asesinato. Todo parece indicar que se enfrentan a un asesino en serie, cuyo ... [+]
11 de abril de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duele reconocerlo, pero las palabras del teniente “Turk” son certeras: “No te unes a la policía para servir y proteger. Te unes para tener un arma y una placa”. Pero, como lo cierto no es necesariamente exacto, hay que decir que esto no es regla general, pues también están los individuos que ingresan en la institución policial ante la dificultad de conseguir un empleo y, de vez en cuando, hace presencia un joven que, de tanto ver películas, quiere convertirse en un nuevo Frank Serpico, un Eliot Ness o un Vincent Hanna para honrar a la institución y hacer justicia en una sociedad donde esta luce tan sombría.

Lo triste y vergonzoso, es cuando el nuevo policía quiere emular a tipos fascistoides como Harry el sucio y hace suyo el lema decadente y reaccionario de que “No hay nada malo en dispararle a la persona correcta”, porque por "correcta", da luego a entender que es válido asesinar a todo el que delinque. Hasta aquí, y ante la visión de ese vídeo donde Tom “Turk” Cowan, declara "sus" razones para eliminar a catorce personas, da la impresión de que estamos, simple y llanamente, ante el resurgimiento de otro psicópata “limpia-calles” de los que tampoco faltan ocasionalmente.

Vista la motivación expuesta en este “ASESINATO JUSTO”, resulta comprensible y se hace difícil enjuiciar al verdugo de turno, pues ante un sistema judicial incompetente, perverso y sobornable, es fácil que un hombre ávido de verdadera justicia, sienta un repentino deseo de asumirla por su propia mano.¿Cómo tolerar que asesinos de niños, cogidos in fraganti, sean absueltos mediante sobornos?, ¿Cómo admitir que los grandes traficantes de droga sigan impunes con la venia de la misma policía?, ¿Cómo permitir que sacerdotes pedófilos incurables, solo sean trasladados para evitar que sus posibles confesiones se conviertan en ascendente cadena?... Cosas cómo estas resuenan en la mente de ese policía atormentado, decepcionado y dolido en lo más hondo, ante tanta impunidad.

Pero queda decir, que sus buenas intenciones carecen de buenas razones, porque al convertirse en un asesino en serie, es otro igual a aquellos a los que condena. Por otro lado, al ser el sistema el que, con sus deformaciones, produce a tantísimo canalla, no es al hombre, sino al sistema al que habría que aniquilar, porque, mientras este subsista, subsistirá la infamia. Y lo que resulta más difícil de comprender es que, el cambio, no será el resultado de más sangre y de más muertes, sino de más conciencia y más amor, porque, cuando cada hombre sienta que hay luz en su corazón, ya no habrá más verdugos en el mundo.

Creo pues, que una película que motiva todas estas reflexiones no puede ser una mala película y esta además nos permite ver, con argumentos serios y sin sensacionalismo, la posible génesis de un asesino en serie.
Luis Guillermo Cardona
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