Hace algunos años, fui parte presencial de la siguiente escena: Un hombre montaba una carreta de tracción animal y debido al sobrepeso de escombros que traía, su caballo no resistió más y cayó al piso. El cochero comenzó a insistir, en vano, para que el animal se levantara… hasta que, en esas, una señora se percató del hecho y se vino hasta él iracunda, insultándolo de la peor manera. El cochero no decía una palabra, y al ver lo avergonzado que lucía cuando ya la gente comenzó a hacer corrillo, me acerqué procurando calmar a la señora en los mejores términos. Enseguida, sugerí al cochero que hiciera dos viajes porque el animal no podía con semejante carga. Descargamos el exceso... y el hombre se marchó con una carga liviana prometiendo volver por lo que quedaba. Esperando a su regreso, pues, esto sucedía casi en frente de mi residencia, expliqué a la vecina que, si bien es cierto que algunos cocheros maltratan a sus caballos, en muchas ocasiones, son los constructores los que les presionan para que sobrecarguen a los animales con el afán de ahorrarse el dinero de un viaje adicional. Cerca de una hora más tarde, el cochero regresó por el resto de la carga y, me llamó la atención que traía al caballo bañado y luciendo entusiasta como si le hubiese dado una buena dosis de comida. Al ver esto, la señora se marchó sin decir ni una palabra más.

Se me ha venido al recuerdo esta anécdota porque en, <<MI GRAN AMIGO JOE>>, sucede algo semejante que borra con el codo lo escrito con la mano. La intención prima es edificante: La defensa de los animales, abogar por el respeto a su hábitat y denunciar la brutalidad con que los cazadores furtivos tratan a algunas especies… en este caso los gorilas. La historia conjuga una gran fuerza emotiva, mucha calidez, y un fondo ejemplarizante con un gorila excelentemente creado, que encaja a la perfección con la infinita ternura que es capaz de irradiar esa supermujer llamada, Charlize Theron.

Pero, en su resolución, el sentido humanitario se viene al piso y quedamos en otra historia que apologiza la cruel venganza, con el ya rancio ingrediente político de hacer que, “el malo”, sea tendenciosamente ajeno a nuestra nación; y definitivamente, si te importa la víctima, pero no el victimario, si respetas a la humanidad, pero no a los animales o viceversa, tu amor y tu bondad son harto sesgados, y es esto señal de que, hasta ahora, tan solo has recorrido la mitad del gran camino. Y recuerda que, 1 - 1 = 0.

Ron Underwood, hace un remake de, “Mighty Joe Young” (1949), filme que seguía la línea de, “King Kong”, el filme que tanto éxito dio a, Merian C.Cooper y a Ernest B. Schoedsack. Algo de este gran clásico, se advierte fácilmente en la nueva historia que, para los chicos de hoy, es toda una novedad, contando además con los privilegios de la nueva y realista tecnología.

Se le abona también al filme, unos buenos diálogos, algunos divertidos toques de comedia, efectivas escenas de acción, una atractiva selección de locaciones… y la presencia de un buen elenco de actores muy ajustado a sus caracterizaciones.

Título para Latinoamérica: JOE