Alguien ya lo ha dicho por ahí: actualmente, Berto Romero es el mejor humorista de nuestro país. Es nuestro Woody Allen de andar por casa... Berto representa la chispa, el ingenio, el solo es capaz de crear humor en una décima de segundo… Es un pequeño portento. Lo he visto en todas sus manifestaciones, cine, teatro, radio, televisión, nunca defrauda, casi siempre gana la partida al desánimo y al aburrimiento y en esta serie no podía ser menos… Y como creador de la misma, lo borda. Tal vez el defecto más grande de la serie sea lo poco que dura. Únicamente seis capítulos. Tienes ganas de más situaciones ridículas y absurdas para alegrarnos la vida. Ya digo, una pequeña maravilla…