Antes que nada, tengo que decir que “El abuelo”, me ha parecido una obra redonda, por no decir, ¡afuera complejos! una verdadera obra maestra, dónde confluyen casi todas las artes (salvo la danza): Maravillosas imágenes y pasajes de arquitectura, escultura, pintura, literatura, música y cine por los cuatro costados… Un elenco actoral, de primera división, con Fernando Fernán Gómez a la cabeza, sublime, y donde no desmerece una joven Cayetana Guillén Cuervo en el papel de nuera y condesa. Mención muy especial para el gran Rafael Alonso que firma uno de sus papales más brillantes y entrañables de su dilatada filmografía; de su boca nacen algunas de las mejores frases de la película:
-Donde yo esté: estará el bien, la verdad y el perdón.
-Mi mujer me dominaba, me hacía temblar con solo mirarme…
-He sido tan bueno, tan bueno, que he llegado a despreciarme por ello. ¡Qué malo es ser bueno!
-¡¡El honor es una buena mierda!!
Frases, todas ellas, memorables, que si hubieran sido grabadas en Hollywood, habría quedado para la historia del cine. Y todo ello gracias al cuidadoso esmero, mimo y perfeccionismo militante del gran José Luis Garci, a quien nadie podrá negarle el enorme valor, de haber sido uno los máximos divulgadores para aquellos que amamos el cine.
Y El abuelo, da fe de todo ello. En mi opinión, El Abuelo, es la mejor película de Garci, se trata de un filme que nunca envejece, nunca te defrauda: Te cuenta una historia del siglo XIX, que tiene plena vigencia en pleno siglo XXI. Eso hace que te enganche y te lleve hasta el final de una forma magnética, casi hipnótica. (Para quien no la haya visto o para quien quiera verla de nuevo, ¡No quiero crearles falsas expectativas!, pero creo que tienen por delante una película maravillosa.