Lulù Massa (Gian Maria Volonté) es un hombre de mediana edad, divorciado y que mantiene una relación con Lidia (Mariangela Melato), una peluquera del barrio y en que comparten un apretujado piso con el hijo de ésta. Parecen conformarse con lo que tienen, y en especial Lulù, porque cuando no pasa el tiempo libre encerrado frente al televisor, se pasa el resto de la jornada como tornero en la fábrica dejando pasar el insomne y cansino turno de noche. Y es que trabaja, junto con centenares de compañeros obreros, para una multinacional del automóvil en las que hay una estructura jerárquica en que no hay jefes sino responsables que ejecutan órdenes acerca de cómo sincronizar el ritmo del trabajo: una pauta más que asimilada por Lulù que, creyéndose enérgico en sus funciones, no es consciente de que es una pieza más del engranaje del Sistema que ha apostado a sus peones trabajo duro a cambio de bienestar. Sin darse cuenta que es explotado, él se desvive por su orgullo condicionado contra dos frentes opuestos que tendrá que escoger: el sindical o el de la empresa.

Notable y realista film italiano planteado como una comedia dramática en la que se nutre por la implacable actuación de Gian Maria Volonté (La Muerte tenía un Precio; Tirano Banderas) como obrero sacrificado y enfurecido; un uno contra todos que puede acabar girándole en su contra.