Oportunista -producción franco-americana que indaga en la figura, y todo lo que le rodeó, del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, jefe del Cartel de Medellín y responsable directo del millar de muertes que se sucedieron por orden ejecutiva suya para mantener el control del Mercado de la Coca. Talón de Aquiles para la Administración Reagan y Bush padre, a priori podría decirse que Pablo Escobar creció como un mito de neo-guerrillero escondido en la selva y que se escabullía de incógnito y que en su día prometía en la política para ceñirse en un marco de corrupción y muertes que el mismo creó bajo la sombra de salvador del pueblo: de Robin Hood de los desvalidos de un país desde siempre azotado por la violencia.

Al igual que hiciera Kevin MacDonald con la figura del dictador “El Último Rey de Escocia” (The last King of Scotland, 2006) y con unas pautas más propias de la infravalorada “El Consejero” (The Counselor, 2013) el italiano Andrea Di Stefano se emplea del más temido narcotraficante de todos los tiempos (interpretado convincentemente por un sórdido y entregado Benicio Del Toro) para husmear en su entorno privado a través de la figura ficticia de un ciudadano canadiense, Nick (Josh Hutcherson) residente en el país en busca de una nueva vida para él, su hermano Dylan (Brady Corbet), dispuestos a montar un chiringuito para surfistas. Pero su vida cambiará al conocer a la bellísima Maria (Claudia Traisac), sobrina de Pablo Escobar a quien le llevará a conocer a su familia y a su séquito.

En conclusión: la película mantiene un elevado nivel de tensión más propio de un thriller que de un film biográfico.