El estallido de la tercera guerra mundial arrasa la ciudad de París, la cual queda contaminada por radiactividad. Los supervivientes viven confinados en el subsuelo de la ciudad como prisioneros. Las autoridades desarrollan una tecnología que permite viajar en el tiempo y para ello utilizan a los prisioneros para sus experimentos, los cuales siempre fracasan… Todo ello hasta que encuentran a un prisionero en particular que sueña repetidamente con una imagen de su pasado: una mujer rubia en un andén…

Este cortometraje de 28 minutos de duración, sirvió como inspiración a Terry Gilliam para su película 12 Monos. Genial y muy original, la forma en como está contada la historia, con un narrador y por medio de sucesión de fotografías en blanco y negro muy expresivas. Está forma de narración deja, en algunos momentos, debido a esa falta de movimiento “normal” en una película, y a la música, esa sensación atemporal que muchas veces tienen los recuerdos, paradójicamente, en una película donde el tema principal son los viajes temporales…