Porque "Fat city" posee personajes que se sabotean a sí mismos: el púgil Tully que intenta retomar su carrera pero que entrena poco, mendigando trabajos en campos de cebolla y gastando casi todo en alcohol; la alcohólica Oma, poseedora de un mal genio pero con un espíritu tan libre que hiere; el joven Ernie, que promete y se diluye cuando accidentalmente forma familia. Los entrenadores y compañeros de lona que caen y se levantan con frecuencia y heridas.

Huston, dado a tantos géneros y presupuestos diversos, halla oro en la miseria. El retrato de la ciudad californiana y sus habitantes es tan a ras de suelo que duele. No se recrea en exceso en el boxeo o los entrenamientos, coreografiando escenas tirando a normales. Si se siente la desesperanza en la interpretación de unos inmensos Stacy Keach y Susan Tyrrell, dando bandazos alcoholizados por las calles y por la vida.