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España España · bilbao
Voto de ernesto:
6
Musical. Romance. Drama Todas las canciones de amor hablan de lo mismo: 'Hay demasiada gente que te quiere'... 'No podría vivir sin ti'... 'Sorry Angel'... "Las canciones de amor", la interpretación musical de tres amantes en París, habla también de estas cosas. (FILMAFFINITY)
24 de octubre de 2009
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Christophe Honore lleva cinco años dirigiendo películas a un ritmo de una por año. Fue a raíz de la proyección en el Festival de Cannes de Las canciones del amor que el nombre del director empezó a sonar en los circuitos internacionales, y lo que le permitió ampliar horizontes más allá de las fronteras de su país. Sus dos últimas películas se han visto en el Festival de San Sebastián con una acogida cuando menos discutible por parte de la crítica española. Las canciones del amor tiene, en cambio, algo de película de culto en determinados círculos. Seguramente esta calificación sea excesiva, pero hay que reconocerle un cierto encanto que la hace bastante agradable.
La esencia de la película está en su título. Es una película de amor, en muchas de sus variantes, en la que este sentimiento se expresa cantando. O sea, un musical de esos en los que los actores se ponen a cantar de vez en cuando de forma absolutamente natural. Los protagonistas son una joven y atractiva pareja. El es guapo, ella es guapa, tienen buenos trabajos, una vida acomodada, y como curiosidad comparten su relación con una tercera persona. Así que en realidad estamos ante un trío. Todo ello mostrado con una ligereza casi naif. Agradable pero leve, muy leve.
Lo curioso es que la historia en un determinado momento da un giro verdaderamente dramático. Pero, en cambio, la película se mantiene fiel a ese agradecible tono ligero que tenía desde el principio. Este hecho nos lleva a que el horizonte de las relaciones afectivas se amplíe más si cabe, sin perder en ningún momento ese buen rollo muchas veces impropio de la supuesta gravedad de las situaciones narradas. Pero resulta que uno en lugar de mosquearse con la historia, va y se deja llevar, y hasta consigue disfrutar moderadamente con esas canciones a media voz por las calles de París.
El actor Louis Garrel protagoniza la película con esa cara de estar por allí de casualidad, con la que suele hacer casi todas sus películas, pero que aquí hasta le sienta bien. Y lo mejor es que se hace acompañar de un grupo de actrices espléndido. Ludivine Sagnier, Clothilde Hesme, Chiara Mastroini y la veterana Brigitte Rouan, que protagoniza uno de los mejores momentos de la película cuando, cariacontecida, intenta mantener la compostura ante la confesión de su niña, de que comparte a su novio con otra chica.
Supongo que en un marco tan serio como Cannes esta película puede sonar a broma, pero la película tiene un punto entre melancólica y divertida, que la hace muy agradable para ver una tarde lluviosa.
ernesto
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