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España España · bilbao
Voto de ernesto:
6
Animación. Fantástico. Aventuras. Infantil La historia se centra en Sosuke, un chico de 5 años, y su relación con una princesa pez que ansía convertirse en un ser humano. Libre adaptación de "La sirenita" que obtuvo muy buena acogida de la crítica en el Festival de Venecia 2008.
15 de julio de 2009
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy difícil hoy en día valorar cualquier película de animación sin tener como referencia las maravillas que cada año nos ofrece la factoría Pixar. Y en el caso del japonés Hayao Miyazaki además sería muy injusto tener a Pixar como referencia, ya que su forma de trabajar, sus ideas y sus historias están a años luz unas de otras. Puede que si tenga cierta lógica comparar las virtudes y limitaciones de Ice Age frente a las de Wall-E o la inminente Up, ya que las técnicas de trabajo pueden resultar muy similares en ambos casos. Pero nada tiene que ver en intenciones y resultados Ponyo en el acantilado con cualquiera de las películas que he mencionado. Con esto quiero decir que si Ponyo en el acantilado me ha dejado más indiferente que a la mayoría, es solo por comparación con otras películas del propio Hayao Miyazaki.
En ocasiones anteriores he dicho que las películas de Miyazaki son muy imaginativas, recargadas y aunque siempre transmiten valores positivos, resultan un poco densas para el público. Con Ponyo en el acantilado en cambio ha hecho su película más infantil.
Sin renunciar a su poderosa concepción visual y a la enorme y a veces abrumadora imaginación de su creador, Ponyo, en cambio, me resulta una historia mucho más hueca que las anteriores. La historia de amistad entre un niño y un pez rojo que desea convertirse en humano, mezclada con los misterios de las profundidades del mar y con un tsunami un tanto peculiar acaba siendo un poco cansina y desde luego carece de la capacidad de fascinación que en muchos momentos alcanzaban tanto El castillo Ambulante como El viaje de Chihiro. Por supuesto que la película tiene más de un momento realmente encantador, como por ejemplo las señales de luz por las que se comunican el niño Sosuke con su padre. Pero por el contrario hay otros momentos que solo sirven para alargar innecesariamente la película hasta las casi dos horas, y que no aportan nada a la historia, como el exceso de momentos submarinos.
A estas alturas no seré yo quien descubra el mérito de un creador como Hayao Miyazaki, y la necesidad de que sigan haciéndose películas de esta forma. Películas hechas de forma artesanal, donde el colorido y la imaginación son la base de historias desbordantes, a veces agotadoras, pero siempre interesantes. El problema de Ponyo en le acantilado es que siendo una historia desbordante y también agotadora, no resulta, en cambio, tan interesante como en otras ocasiones.
ernesto
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