Bueno, pues si con la tercera alcé mi copa hacia el cielo y brindé con Juanito Cachimba, ahora hago lo propio con Xalami.

En efecto, es una película divertida, con un aceptable sentido del humor, con secuencias interesantes, y con un toque autoparódico que no me molestó, quizá porque no la vi armado.

Después del notable bajón que suponen la segunda y la tercera con respecto a la inalcanzable hazaña de Ridley Scott, la cuarta parte mantiene el tipo más o menos decentemente.

Pero vamos, si Alien se hubiera quedado vagando en el espacio tras sus peripecias en la legendaria nave Nostromo, tampoco hubiera pasado nada, y quizá hubiera sido lo mejor.