232/07(15/11/12) Fallido reboot del arácnido héroe, y es que si no tienes nada nuevo que contar no lo cuentes. Teniendo tan fresca en la memoria la buena trilogía de Sam Raimi es una temeridad abordar de nuevo al personaje desde el principio, la propuesta se queda en un producto a ratos entretenido con ínfulas de profundizar en algún misterio sobre la infancia de Peter Parker. La historia pretende tomar algunas diferencias que la distancien de la anterior saga, arranca cuando un pequeño Peter Parker es dejado por sus padres bajo la tutela de sus tíos, Ben (buen Martin Sheen) y May (buena Sally Field), ya no vuelve a ver más Peter a sus progenitores, sin saber el motivo, ya de muchacho (correcto Andrew Garfield), Peter es un alumno más en el instituto con la inquietud perenne de saber que fue de su padres, la búsqueda le lleva a los laboratorios Oscorp, allí es picado de modo accidental por una araña con la que se hacían experimentos, esto le lleva a adquirir el superpoder de agudizar todos sus sentidos, a lo que se suma la cualidad de poder agarrarse a las paredes cual araña. Peter se verá abocado a enfrentarse a un devastador peligro, un antiguo compañero de su padre, el Dr. Curt Connors (buen Rhis Ifans), se autoinyecta un suero que ansia le regenere un brazo amputado pero termina transformándolo en un enorme y ultrafuerte Lagarto, además de provocarle delirios que le llevan a ser una especie de Godzilla que solo tendrá enfrente a Spiderman, esto condicionado por la mala publicidad que tiene por parte de la policía que lo ve como a una amenaza. Entre medias Peter tendrá tiempo para enamorarse de una compañera de instituto, Gwen Stacy (correcta Emma Stone), que es la hija del jefe de policía George Stacy (correcto Dennis Leary). El peor enemigo de este producto son sus humos de profundidad que quiere dar a Peter Parker, no sabiendo equilibrar el ritmo pecando de ir a trompicones, provocando el distanciamiento del espectador, esto deriva en tramos tediosos, y llegamos a la gran pregunta <Que falta hacia?>. También se atisba una peligrosa escasez de ideas, todo huele a ya usado, no hay escena alguna para el recuerdo, todo queda insulso, no se explota el potencial de la relación Spiderman y Lagarto, la historia romántica no emociona, se enamoramiento está regular expuesto, no hay siquiera tira y afloja, es muy superficial, y encima queda la impresión de que es en demasía larga, por momentos queda redundante. El realizador Marc Webb demuestra no estar preparado, está más interesado en Peter que en Spiderman, este último es para él un estorbo, me lo imagino los días en que filman a Spiderman yéndose de fiesta y diciendo <Llamadme cuando acabéis!>. Llamativo es que es que al pretender alejarse de la saga Raimi uno de los elementos que se salte es el enigma de quien se esconde tras la máscara, aquí se lo cuenta a todo el que se cruza con él, un sinsentido, de hecho la máscara le sobra, hay muchos más toques diferenciales, no se hace mención al Daily Bugle para el que Peter hace fotografías, con el juego que daba el cascarrabias director, también se obvia a Mary Jane a favor de Gwen Stacy, personaje que aparece de refilón el tercera entre de Raimi. Hay un elemento con el que esta quiere ser fiel al comic y para mi es cuando menos controvertido, es lo de echar telarañas por la muñeca, Raimy hizo que fuera una consecuencia más del picotazo de la araña (aunque por natural hubiera sido que le brotara del ano ¿? Quizás algo poco estético), en el comic Peter diseñaba esto, siempre me fue una incoherencia, un cuasi-insulto a la inteligencia, un muchacho cualquiera inventando un hilo superpoderoso, que no se rompiera y soportara enorme peso, me chirriaba, aunque en las historietas servía como recurso para jugar con las urgencias cuando se le acababa la hilo, pues aquí son fieles pero no utilizan la riqueza de tensión de que se le agote la tela. Los actores cumplen su rol sin más, el único que aporta algo de emociones es un Rhis Ifans que sabe emitir sentimientos encontrados, el resto echan otro día en la oficina. Las escenas de acción están bien resueltas, con excelentes efectos especiales por ordenador, pero sin estridencias no teja una secuencia para el recuerdo. En conjunto me queda un film innecesario y olvidable, no es malo, es inane, ni frío ni calor, lo olvidas mientras lo estas viendo, quizás en vez de darle tantos toques dramáticos que se quedan en pueriles intentos se podrían haber decantado por reforzar el plano de la comedia. Reseñar el divertido cameo de Stan Lee. Fuerza y honor!!!