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Voto de TOM REGAN:
4
5.9
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Drama
Una noche del verano de 1839, cincuenta y tres esclavos negros que viajaban a bordo del navio "La Amistad" se amotinaron y tomaron el control del barco frente a las costas de Cuba. Fracasado su intento de regresar a África, fueron detenidos por tropas americanas y se encontraron en un país extraño y a merced de un sistema judicial que les era ajeno. (FILMAFFINITY)
22 de octubre de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
284/13(10/10/23) Grimante film de Steven Spielberg y es que no puede gritarnos que lo que vemos es basado en hechos reales y a continuación espetarnos una película grotesca en su manipulación de la realidad. Loable se hagan obras en contra del esclavismo, y por ende en su analogía del racismo nos proyecta al presente, pero no es de recibo nos ‘regalen’ estas historia torticera y maniqueísta. Spielberg dirige, bajo el guion de David Franzoni (“Gladiator”), basándose en los acontecimientos ocurridos en 1839 a bordo del barco de esclavos español La Amistad (con lo que ya partimos de que el título está mal, le falta el artículo), durante los cuales miembros de la tribu mende secuestrados para el comercio de esclavos logran hacerse con el control del barco de sus captores frente a costas de Cuba y la batalla legal internacional que siguió a su captura por parte de los USA, se dirimió si estos negros eran descendientes de esclavos, lo que les convertía según las (hediondas leyes internacionales) en esclavos, o por el contrario nacieron libres en África, y por tanto eran seres libres, nunca se debatió si la esclavitud estaba bien o mal, como Spielberg nos quiere hacer creer. El caso fue finalmente resuelto por la Corte Suprema de Estados Unidos en 1841. Tiene un reparto de lujo con Morgan Freeman, Anthony Hopkins y Matthew McConaughey, junto con Djimon Hounsou en su papel destacado como Cinqué, Pete Postlethwaite, Nigel Hawthorne y el entonces desconocido Chiwetel Ejiofor aparecieron en papeles secundarios.
Spielberg parece querer emularse a sí mismo creando paralelismos entre su exitoso film “La lista de Schindler” (1993), donde se exponía con crudeza el exterminio de judíos por parte de los nazis, y esta, donde se refleja otro acto inhumano de salvajismo como fue la esclavitud de los negros. Para ello comienza con elementos simbólicos, en la cinta de 1993 se inicia con toma en primer plano minimalista como es la luz de una vela, aquí es un clavo que unos dedos ensangrentados tratan de extraer de un madero, en medio de la noche un negro jadeante en medio del sudor, Cinque (Djimon Hounsou), lo saca y con ello vemos estamos en un barco esclavista, este clavo expulsado es el comienzo de la rebelión en el navío en plena tormenta (los negros se deshacen de las cadenas), con un motín sanguinario se hacen con La Amistad, dejando los negros a dos de los esclavistas para que guíen la nave de vuelta a África. Son diez minutos electrizantes de vigor, le siguen unos minutos tensos en que los negros no se sienten engañados por los blancos en su destino. En este tramo tenemos una secuencia surrealista chirriante cuando La Amistad pasa junto a otro barco, de recreo de blancos, donde vemos están en medio de una hedonista fiesta con música de cámara, los de un barco y otro se miran con extrañeza. Luego llegan a una playa y no saben bien donde, están, cerca de ellos pasa un negro en una bici, hasta que finalmente son atrapados por la armada USA. Y con ello comienza el akelarre de insultos a la inteligencia. Ya solo se salva un tremendo flash back en que Cinque narra sus vivencias desde que es atrapado por otra tribu de negros, separado de su familia, para ser vendido a blancos, y con ello recluido en un fuerte africano. Tras lo que es hacinado en un barco (La Amistad) junto a decenas de negros más desnudos, empaquetados cual sacos de fardos en las bodegas, encadenados, a los que se trata peor que a animales, se les alimenta de forma asquerosa, se les maltrata, y en el colmo de la bestialidad lanzan a unos cincuenta encadenados al fondo del océano por que los alimentos no dan para todos, tremendo. También es apreciable el tramo en que el abogado defensor y Morgan Freeman visitan Las Amistad para y este observa con horror la bodega con las cadenas y grilletes.
El resto es nauseabundo en como pintan la situación, que nunca tuvo que ver sobre la libertad o esclavitud, como bien dice McConaughey es todo muy simple, es un problema de propiedad. El caso se trata de si son esclavos o no lo son, no si de si está bien o mal esta lacra, que es en lo que Spielberg pretende tornar el relato. Pero más nauseabundo es pretender hacernos ver que los malos son los españoles por tener esclavos, cuando ellos tenían miles en el sur recogiendo el algodón. Curioso y retorcido es que una película sobre esclavos en 1839 en USA no aparezca un solo esclavo perteneciente a USA, por aquello de que la realidad no estropee mi fétida visión donde los estadounidenses somos los más humanistas del universo universal. Ellos que exterminaron las naciones nativas de Norteamérica dando lecciones de como tratar a los no blancos, venga ya? Entiendo que no se puede medir con el rasero actual las actitudes de hace cienes de años, pero es que Spielberg si hace distinciones, como si ellos hubieran sido los buenos y el resto los malos. Hacía poco más de medio siglo que USA era independiente y en gran parte se lo debió a la ayuda de España, y como pago Spielberg pinta de forma rastrera a España como un imperio regido por una niña caprichosa que gobierna des saltitos en su cama. Cuando además esto era falso, pues quien mandaba era el regente general Baldomero Espartero, pero una vez más, que la verdad no estropee mi artera manipulación. España, como todos los Imperios, tendrá muchos defectos, pero me atrevo a decir que fue el más humanista de todos los que ha habido, solo hay que revisar el testamento de la Reina Católica Isabel de Castilla, o el Derecho Natural propugnado por la escuela de Salamanca en el SXV, origen de los Derechos Humanos, no hay que olvidar que en USA hasta 1965 se mantuvieron en algunos estados las Leyes Jim Crow de segregación racial., o sea que lecciones de humanidad zero por parte de los yankis.
La cinta pervierte la verdad para hacernos ver que lo que vemos es una cosa distinta en pos de un mensaje falso de que se peleaba por la Libertad, ye stop es más falso que un euro de madera, y esto me cabrea... (sigoi en spoiler)
Spielberg parece querer emularse a sí mismo creando paralelismos entre su exitoso film “La lista de Schindler” (1993), donde se exponía con crudeza el exterminio de judíos por parte de los nazis, y esta, donde se refleja otro acto inhumano de salvajismo como fue la esclavitud de los negros. Para ello comienza con elementos simbólicos, en la cinta de 1993 se inicia con toma en primer plano minimalista como es la luz de una vela, aquí es un clavo que unos dedos ensangrentados tratan de extraer de un madero, en medio de la noche un negro jadeante en medio del sudor, Cinque (Djimon Hounsou), lo saca y con ello vemos estamos en un barco esclavista, este clavo expulsado es el comienzo de la rebelión en el navío en plena tormenta (los negros se deshacen de las cadenas), con un motín sanguinario se hacen con La Amistad, dejando los negros a dos de los esclavistas para que guíen la nave de vuelta a África. Son diez minutos electrizantes de vigor, le siguen unos minutos tensos en que los negros no se sienten engañados por los blancos en su destino. En este tramo tenemos una secuencia surrealista chirriante cuando La Amistad pasa junto a otro barco, de recreo de blancos, donde vemos están en medio de una hedonista fiesta con música de cámara, los de un barco y otro se miran con extrañeza. Luego llegan a una playa y no saben bien donde, están, cerca de ellos pasa un negro en una bici, hasta que finalmente son atrapados por la armada USA. Y con ello comienza el akelarre de insultos a la inteligencia. Ya solo se salva un tremendo flash back en que Cinque narra sus vivencias desde que es atrapado por otra tribu de negros, separado de su familia, para ser vendido a blancos, y con ello recluido en un fuerte africano. Tras lo que es hacinado en un barco (La Amistad) junto a decenas de negros más desnudos, empaquetados cual sacos de fardos en las bodegas, encadenados, a los que se trata peor que a animales, se les alimenta de forma asquerosa, se les maltrata, y en el colmo de la bestialidad lanzan a unos cincuenta encadenados al fondo del océano por que los alimentos no dan para todos, tremendo. También es apreciable el tramo en que el abogado defensor y Morgan Freeman visitan Las Amistad para y este observa con horror la bodega con las cadenas y grilletes.
El resto es nauseabundo en como pintan la situación, que nunca tuvo que ver sobre la libertad o esclavitud, como bien dice McConaughey es todo muy simple, es un problema de propiedad. El caso se trata de si son esclavos o no lo son, no si de si está bien o mal esta lacra, que es en lo que Spielberg pretende tornar el relato. Pero más nauseabundo es pretender hacernos ver que los malos son los españoles por tener esclavos, cuando ellos tenían miles en el sur recogiendo el algodón. Curioso y retorcido es que una película sobre esclavos en 1839 en USA no aparezca un solo esclavo perteneciente a USA, por aquello de que la realidad no estropee mi fétida visión donde los estadounidenses somos los más humanistas del universo universal. Ellos que exterminaron las naciones nativas de Norteamérica dando lecciones de como tratar a los no blancos, venga ya? Entiendo que no se puede medir con el rasero actual las actitudes de hace cienes de años, pero es que Spielberg si hace distinciones, como si ellos hubieran sido los buenos y el resto los malos. Hacía poco más de medio siglo que USA era independiente y en gran parte se lo debió a la ayuda de España, y como pago Spielberg pinta de forma rastrera a España como un imperio regido por una niña caprichosa que gobierna des saltitos en su cama. Cuando además esto era falso, pues quien mandaba era el regente general Baldomero Espartero, pero una vez más, que la verdad no estropee mi artera manipulación. España, como todos los Imperios, tendrá muchos defectos, pero me atrevo a decir que fue el más humanista de todos los que ha habido, solo hay que revisar el testamento de la Reina Católica Isabel de Castilla, o el Derecho Natural propugnado por la escuela de Salamanca en el SXV, origen de los Derechos Humanos, no hay que olvidar que en USA hasta 1965 se mantuvieron en algunos estados las Leyes Jim Crow de segregación racial., o sea que lecciones de humanidad zero por parte de los yankis.
La cinta pervierte la verdad para hacernos ver que lo que vemos es una cosa distinta en pos de un mensaje falso de que se peleaba por la Libertad, ye stop es más falso que un euro de madera, y esto me cabrea... (sigoi en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
...…Ver al gran Anthony Hopkins en rol al que aporta carisma y temple es incisivo, grácil, empático, pero no tiene sentido alguno su pomposo ‘épico’ discurso ante la Corte Suprema defendiendo algo que no se juzgaba, no me creo este alegato, los jueces le habrían parado. Es como si para defender a un asesino que ha matado con un cuchillo se hablara de la historia de los cuchillos. Es un sin Dios, los jueces no estaban para decir si la esclavitud era buena o mala, esta se daba por legal, pues la había en los estados sudistas. Como que nos hagan sentir que la guerra civil era latente en USA, y que la sentencia podía acelerarla, cuando nada de esto era relevante para el Sur, era un caso de propiedad entre USA y España, quieren darle una relevancia que no trago. Toman al público por estúpido si pretenden que se traguen este cuento moralista retorcido, cualquiera que sepa un poco de historia le deben dar arcadas de ver este panfleto que quiere darla la vuelta como un calcetín a la verdad.
Hay una sub trama donde se esgrime una Biblia con sus ilustraciones ofrecer paralelismos entre la situación de estos negros y Jesús, me resulta muy cogido por los pelos. En este sentido bíblico me resulta mejor cuando al leguleyo Baldwin se le espeta que Jesús no uso argucias en su juicio final, y este mordazmente contrarréplica: - Sí... pero perdió!; Lo que es el mejor diálogo del film.
Es curioso como Cinqué durante su testimonio dice que en su tribu en África había esclavos, pero entonces el traductor y el letrado defensor pretenden darle un sentido distinto, pues si vemos que estos negros tenían esclavos s ele viene abajo el invento. Dicen lo que dicen, es solo hacer patente que en ese tiempo había esclavitud por todo el planeta. Pero es que para más inri la cinta en su epílogo obvia un detalle crucial que da un sentido crispante, ello por la importancia que se le da como ejemplo de oprimido de Cinqué, cuando te enteras que fue de él realmente (*spoiler)
Djimon Hounsou da una interpretación totémica como el gran líder de los rebelados de La Amistad, una poderosa figura musculada, filmada en el barco al principio en contrapicados contra el infinito cielo, cual Dios de ébano, con más aura su rol que profundidad; Matthew McConaughey sin más en su papel de abogado defensor, le faltan matices; Hay un puñado de actores desaprovechados en papeles de figurantes perchas, como un Morgan Freeman d poner el careto y poco más, Nigel Hawthorne como presidente Martin Van Buren, expuesto como un inseguro cobarde caricaturesco, Stellan Skarsgard como abolicionista que se rebela espurio, Anna Pacquin (única fémina con papel real en el film), como una guiñolesca reina niña Isabel II, Pete Postlethwaite como el fiscal del gobierno que no puede hacer nada contra su rol inane; Solo destaca un poderoso Anthony Hopkins como el viejo John Quincy Adams, teniendo una intensa interrelación con Cinque (ese momento en que le muestra una violetas africanas), su carácter traspasa la pantalla, tipo de apariencia cansada, anciano encorvado, pero con un sentido de la labia refina y puntiaguda, lástima que sea de modo inverosímil y lejos de lo que era realmente, ejemplo de esto es su alegato de 11 minutos ante la Corte Suprema, rimbombante, enardecedor, pero falso.
Spoiler:
*Spielberg no cuenta que Cinqué regresó a su tierra y se convirtió en próspero cazador de esclavo. Esto desmontaría la supuesta glorificación de este líder libertario
La polémica no fue entre España y los norteamericanos, sino con la ley de Connecticut, admitía la esclavitud, y la prohibición del tráfico negrero, había sido decretada por varios países, incluidos los Estados Unidos en 1808 y las potencias de Europa, en el Congreso de Viena en 1815.
Ni juzgo sus valores de producción, es Spielberg y son buenos, es que lo que cuenta es pura bazofia donde parece que los estadounidenses eran los adalides de la libertad humana, tenido esclavizados a miles de negros en el sur, vomitivo. Gloria Ucrania!!!
Hay una sub trama donde se esgrime una Biblia con sus ilustraciones ofrecer paralelismos entre la situación de estos negros y Jesús, me resulta muy cogido por los pelos. En este sentido bíblico me resulta mejor cuando al leguleyo Baldwin se le espeta que Jesús no uso argucias en su juicio final, y este mordazmente contrarréplica: - Sí... pero perdió!; Lo que es el mejor diálogo del film.
Es curioso como Cinqué durante su testimonio dice que en su tribu en África había esclavos, pero entonces el traductor y el letrado defensor pretenden darle un sentido distinto, pues si vemos que estos negros tenían esclavos s ele viene abajo el invento. Dicen lo que dicen, es solo hacer patente que en ese tiempo había esclavitud por todo el planeta. Pero es que para más inri la cinta en su epílogo obvia un detalle crucial que da un sentido crispante, ello por la importancia que se le da como ejemplo de oprimido de Cinqué, cuando te enteras que fue de él realmente (*spoiler)
Djimon Hounsou da una interpretación totémica como el gran líder de los rebelados de La Amistad, una poderosa figura musculada, filmada en el barco al principio en contrapicados contra el infinito cielo, cual Dios de ébano, con más aura su rol que profundidad; Matthew McConaughey sin más en su papel de abogado defensor, le faltan matices; Hay un puñado de actores desaprovechados en papeles de figurantes perchas, como un Morgan Freeman d poner el careto y poco más, Nigel Hawthorne como presidente Martin Van Buren, expuesto como un inseguro cobarde caricaturesco, Stellan Skarsgard como abolicionista que se rebela espurio, Anna Pacquin (única fémina con papel real en el film), como una guiñolesca reina niña Isabel II, Pete Postlethwaite como el fiscal del gobierno que no puede hacer nada contra su rol inane; Solo destaca un poderoso Anthony Hopkins como el viejo John Quincy Adams, teniendo una intensa interrelación con Cinque (ese momento en que le muestra una violetas africanas), su carácter traspasa la pantalla, tipo de apariencia cansada, anciano encorvado, pero con un sentido de la labia refina y puntiaguda, lástima que sea de modo inverosímil y lejos de lo que era realmente, ejemplo de esto es su alegato de 11 minutos ante la Corte Suprema, rimbombante, enardecedor, pero falso.
Spoiler:
*Spielberg no cuenta que Cinqué regresó a su tierra y se convirtió en próspero cazador de esclavo. Esto desmontaría la supuesta glorificación de este líder libertario
La polémica no fue entre España y los norteamericanos, sino con la ley de Connecticut, admitía la esclavitud, y la prohibición del tráfico negrero, había sido decretada por varios países, incluidos los Estados Unidos en 1808 y las potencias de Europa, en el Congreso de Viena en 1815.
Ni juzgo sus valores de producción, es Spielberg y son buenos, es que lo que cuenta es pura bazofia donde parece que los estadounidenses eran los adalides de la libertad humana, tenido esclavizados a miles de negros en el sur, vomitivo. Gloria Ucrania!!!