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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Serie de TV. Comedia Serie de TV (2018-2020). 3 temporadas. 18 episodios. Berto y Sandra son una pareja que afronta la aventura de ser padres con la llegada de su primer hijo, Lucas. Una nueva vida que viene sin manual de instrucciones. Él es cómico y presentador de televisión de éxito. Ella es médico anestesista por tradición familiar. Juntos deberán conciliar esta nueva situación en la que su familia, amigos e incluso el mundo, no se lo pondrán fácil... ... [+]
21 de mayo de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
171/31(20/05/21) Buena serie de comedia española, que ha ido menos a más. Terminada de ver esta tercera (6 capítulos por entrega de metraje medio de 25 minutos) y última temporada escrita y protagonizada por el humorista Berto Romero, y dirigida por Carlos Therón, Javier Ruiz Caldera y producida por El Terrat para la plataforma Movistar+. En lo que es un ejercicio de estilo poco dado en la pequeña pantalla, como es el juego meta-ficcional de hacer coger a un personaje conocido y con su mismo nombre basarse libremente en su vida para con su alter ego reírse de sí mismo, ejemplos claros en USA son las series “Seinfeld” y su cuasi secuela “Curb your enthusiasm”, y en España se estrenó en el mismo canal “Que fue de Jorge Sanz”. En esta el tono satírico es menor, pero su humor resulta en muchos tramos delicioso, con claro sentido de ser ingenioso. Ello con el epicentro en como el protagonista sufre cambios radicales en su vida al tener que afrontar la paternidad, sus dudas, miedos, e ilusión. Pero esto es solo el punto de arranque, porque a medida que avanza se abre el abanico a temarios más amplios, desde los peligros de las redes sociales (influencers), los peligros de la fama, la muerte, el Alzheimer, las relaciones familiares, las inseguridades en el trabajo, lo políticamente incorrecto de hacer humor con el racismo, o los límites del humor. Todo esto sin caer en el sentimentalismo barato, con diálogos muchos perspices, cínicos, irónicos, mezclando con mimo tramos de drama con comedia sutil, confrontando estilos de educaciones. Hay un tono de humor suave, con algunos ramalazos imaginativos vitriólicos, surrealistas, y también (ni mucho menos es redonda) algún patinazo (lo de los chistes con los porros me resultan grimantes, como si todo el mundo fuera porreta potencial), pero en conjunto es de esas series que, sin provocarte la carcajada, si te deja una mueca de sonrisa y de placidez en sus finales, donde la ternura en la relación entre Berto y Sandra (gran Eva Ugarte) fluye con una gran química, sin ser maniquea, una pareja que en sus roces y cariños, rezuman naturalidad, en como son dos seres con debilidades, frustraciones, falencias, muy humanos.

Tiene el hándicap de ser una serie con un tipo de humor sereno, le cuesta arrancar en sus primeros episodios (primera temporada dirigida por Carlos Therón), con una `presentación de personajes y situaciones un tanto desconcertantes, como no sabiendo situar a que juegan, hasta el despegue el cuarto, donde parece un ‘youtuber’ y acaba con un duelo con un ‘influencer’ (o viceversa, qué más da), en lo que es una mordaz y delirante crítica a estos ‘gremios’ y a los borregos que los elevan. Esto mezclado diestramente con flash-backs y flash-forwards sobre la pareja protagonista, en un Y entonces sientes que hay ideas para sorprenderte y solazarte.

En la segunda temporada (Javier Ruiz Caldera) el centro es hacer meta-ficción dentro de la meta-ficción, cuando vemos que Berto rueda una serie sobre su vida (¿?), donde el epicentro está en el desgaste del matrimonio con la llegada de los hijos, como esto puede provocar crisis matrimonial. Donde se sigue con esta confusión entre realidad y ficción cuando comienza a tener más que una amistad con la joven que en la serie hace de su esposa (¿?).

Y tenemos la tercera temporada (dirigida por Javier Ruiz Caldera), la última temporada de una serie siempre tiene el poder de ser la que más se recuerda por tenerla más fresca en el recuerdo. Esto es un arma de doble filo, pues si la cierran bien la serie tendrá mucho ganado en tu sub consciente, pero si se dejan ir y cierran en falso, puede ser un producto a dormir en el baúl de lo que n o recuerdo. En este caso es para bueno, pues en la mejor de las tres, teniendo el eje central running-gag en un ingenioso running-gag sobre un sketch sobre Hitler, que se sobredimensiona y acaba en escándalo nacional mediático que termina por arrollar en linchamiento sensacionalista a Berto. Y con ello se hace un sagaz retrato de lo fina que tiene la piel algunos para algunas cosas, demostrando una gran demagogia e hipocresía social. En esta temporada el matrimonio ahora con tres hijos, se mudan de un piso a un chalet a las afueras, ahora pasamos también de los pañales, llantos, y biberones, a la educación, donde los Romero son ejemplo de lo tradicional, con niños traviesos, visión cercana al espectador esto ingeniosamente contrastado con otros padres con otras educaciones new age. Asimismo, se hace un notable acercamiento al deterioro mental de las personas de la tercera edad, la de nuestros padres, a través de la figura de la madre de Berto, Ángela (gran Carmen Esteban). También es de reseñar los surrealistas prólogos que hay en esta temporada, haciendo parodias divertidísimas de diferentes géneros para entrelazarlo a la desorientación existencial de personajes. Hay también una sub trama con Sandra que en medio de una crisis por el trabajo se embarca en un negocio (pretendidamente) emprendedor alentado por su hermana Rosa (Ana Carreño), y por su madre. Teniendo para mí el mejor episodio el que nos cuentan cómo surge en Berto de niño sus ansias por ser comediante, cuando va con sus padres al circo, donde por azar también va la familia de Sandra con esta de niña, pero no interrelacionándose ambas, desternillante, esto además mezclado con cuando se conocieron Sandra y Berto, en una noche descacharrante, es la cima para mí de la serie, con momentos épicos (como la contra réplica de Berto al mago), o el discurso del payaso regañando al público, o cuando Berto encuentra en la roulotte al mago fornicando (igual me equivoco, pero creo que es el mismo Berto disfrazado); También es satisfactorio el capítulo final con corazón en el debate televisivo con Berto, en lo que es una encerrona vitriólica, trepidante en cómo se solapan argumentaciones contra otras, en una sucesión de lugares comunes satirizados, una burla hiriente contra estos espacios amarillistas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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