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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Comedia. Acción. Drama. Western Almería, desierto de Tabernas, año 2002. Texas Hollywood es un polvoriento poblado del Oeste donde hace ya décadas que no se ruedan películas. Allí malvive Julián (Sancho Gracia), un veterano especialista de cine que está de vuelta de todo. Con él trabajan otros marginados y nostálgicos sin remedio: Cheyen (Ángel de Andrés), el pistolero cobarde; Manuel (Manuel Tallafé), el doble temerario; Arrastrao (Enrique Martínez), el jinete sin ... [+]
30 de noviembre de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
173/12(17/11/14) Muy entretenida cinta en la sexta realización de Alex de la Iglesia, un formidable homenaje al mundo del cine y más concretamente al spagueti-western que tuvo su auge en los cientos de rodajes en el desierto de Tabernas en Almería en la década de los 60 y los 70, siendo el buque insignia el director Sergio Leone y su trilogía del Dólar, con el gran Clint Eastwood, además de hacer allí “Hasta que llegó su hora” y “Agáchate maldito”, hace un enternecedor tributo a los especialistas, dobles y figurante del cine, esos grandes olvidados, con un entrañable dibujo de unos personajes anclados en un tiempo ya lejano del que no quieren bajarse, sobresaliendo un Colosal Sancho Gracia. Lástima que el guión sea tan liviano, tan deja vú, muy manido lo de que un grupo disfuncional de personas sean acosadas por una constructora que quiere echar abajo su “paraíso”, y más lastima aún es su último tercio, un caos inmanejable que se le va de las manos a de la Iglesia, un esperpento cuasi-bochornoso, son como dos films en uno, los dos primeros tercios buenísimos, el último un despiporre sin pies ni cabeza. Omito la sinopsis por falta de espacio.

La idea para el film fue del guionista Jorge Guerricaechevarría (“El día de la bestia”, “La comunidad” o “Celda 211”), estaba en Almería buscando localizaciones para “Fu Manchú” (film aún no realizado), asistió a un espectáculo de pistoleros para turistas en el “Fort Bravo”, y se le ocurrió la historia, escribiendo el guión el mismo con el director. Construyen a unos personajes llenos de vida, muy bien trazados, muy empáticos tanto en el nivel protagónico como en el secundario, vividores que disfrutan con poco, porque hacen lo que les gusta, aunque cojea en la esquina de los villanos, caricaturas planas. Se mueve muy bien por el terreno del humor fresco, con divertidos gags, haciendo una narración fluida, trepidante, ligera, con momentos que combinan lo conmovedor con lo disparatado sin caer en lo sensiblero, con diálogos chisposos, cínicos, mordaces, ácidos, una visión melancólica de un microcosmos que tantos buenos ratos nos hizo pasar, y frente a estos nostálgicos personajes la maquinaria pragmática del capitalismo que arrasa con sus despiadados tiburones desprovistos de cualquier atisbo de sensibilidad, y entre estos dos mundos un niño que es el nexo de unión, que queda maravillado por estos vividores bon-vivant borrachos, mujeriegos y pendencieros postrados en un lugar de fantasía en el que han llegado a creerse sus papeles, el chico es el motor que produce la catarsis, el choque de submundos entre el Capitalismo y grupo de Marginados. Es un relato que nos habla de que la felicidad está en hacer lo que a uno le gusta, un relato de perdedores que son felices en un microuniverso creado a la medida de sus pequeñas aspiraciones, soñadores que anhelan un tiempo pasado en un mundo que ya les superó, un tributo a unos periféricos del Séptimo Arte a los que el director trata de dar dignidad, el realizador vasco también aprovecha para lanzar algunos dardos envenenados contra el periodismo amarillista. Pues bien todo lo bueno dicho queda para los 2 primeros tercios cuando comienzan los “pistoleros” su disputa contra el mundo (la Guardia Civil), defecto que tiene el director que impone en sus cintas tramos finales caóticos, bizarros, esperpénticos, y este es buena prueba de ello, el desconcierto cunde por doquier, el desbarajuste, la anarquía, la mínima cordura es arrasada, parece que al maestro de ceremonias de este circo se escaparan los payasos e hicieran cada unos por su cuenta lo que les diera la gana, con un final calamitoso, está bien lo de loar a los perdedores pero para poder tener poder de arraigo en el espectador se queda muy lejos con este desconcierto en que se convierte el rush final, un puzle sin pies ni cabeza, lo peor es que todo lo bueno, que era bastante, lo echa por la borda con el sinsentido que nos ofrece, restándole a la postre calidad en la balanza.

Sancho Gracia está majestuoso en su rol de vividor, bohemio, orgulloso, soberbio, cínico, borrachín, misántropo, ha edificado un lugar a su medida para no tener que vivir en la aburrida realidad, un desheredado que vive de los recuerdos, Sancho le incorpora matices, aristas, grises, dejando traslucir ternura, fragilidad, grietas, con un porte carismático, con un habla impetuosa e Imperial fascina la fuerza que transmite, traspasando la pantalla con su irradiante carácter de líder, Magnífico. Al parecer su personaje se inspira libremente en el actor vallecano Aldo Sanbrell (Alfredo Sánchez Brell), actuó en más de 300 películas, mayormente haciendo de villano en spagueti-westerns, apareció en toda la saga del Dólar, incluida “Hasta que llegó su hora”, Sergio Leone fue el padrino de su primer hijo, alternó con actores de la talla mundial de Clint Eastwood, Lee van Cleef, Gian Maria Volonte, Eli Wallach, Klaus Kinski, Henry Fonda, Charles Bronson, Claudia Cardinale , Woody Strode, Ernest Borgnine, Oliver Reed, Sean Connery, John Carradine, Burt Reynolds, Fernando Rey, Yul Brynner, Arnold Schwarzenegger, Raquel Welch, James Mason, Jack Palance, Alain Delon, Gina Lollobrigida, Anthony Quinn, Kirk Douglas u Orson Welles, un desconocido en nuestro país pero que probablemente sea nuestro actor más internacional con reconocimientos en Italia y USA.

El elenco brilla sobre todo en los del poblado del Oeste, Ángel de Andrés maravilloso como “Cheyenne”, exponiendo picardía, cuasi-villano divertido, con frases cortantes, muy natural, con acusada personalidad. Manuel Tallafé hilarante con su acento gaditano queriendo ser vasco, y es los de Bilbao nacen donde quieren. Enrique Fernández como “El Arrastrao” fenomenal y jocoso. El italiano Luciano Federico como “El Enterraor”, hilarante. Eduardo Gómez como “El Ahorcao” divertidísimo con esa pose de resabiao... (continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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