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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
9
Serie de TV. Thriller. Drama. Comedia Serie de TV (2014). 10 episodios. Lester Nygaard (Martin Freeman), un apocado vendedor de seguros de una pequeña población de Minnesota, ve cómo su mundo cambia por completo con la llegada de un misterioso y salvaje desconocido (Billy Bob Thornton). Serie basada en la película homónima de los hermanos Coen, aunque presenta personajes diferentes y se ambienta en 2006. (FILMAFFINITY)
24 de junio de 2014
32 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
88/11(19/06/14) Notable homenaje en formato serie al excelente homónimo films de los Coen de 1996, diez fascinantes capítulos cerrados creados por Noah Hawley (“Bones”), en el guión también han colaborado los hermanos siendo además productores. En la serie las constantes con el film son notorias, con personajes paralelos y situaciones de violencia explosiva inesperada del que rezuma un turbador humor macabro. Además cuenta con un puñado de actores en estado de gracia, moviéndose por un escenario nevado y desolado con una música que nos transporta a la mítica película. Me salto la sinopsis por falta de espacio.
La serie ni es un remake, ni una precuela, ni una secuela, es un obra que traza un relato con el mismo estilo visual y de argumento, y con un marco afín, parajes infinitos blanco-nieve, personajes pintorescos, familias en lo superficial idealizada pero que guardan un submundo agrio, en el film se desbordaba todo por un secuestro, aquí se desata por la llegada de un sicario que hace que el endeble castillo de naipes de esta sociedad cerrada explote. Los personajes guardan similitudes con el film, Lester Nygaard (Freeman) es un émulo de Jerry Lindegard (Macy), incluso sus apellidos tienen parecida fonética, dos perdedores envueltos por malas decisiones en un torbellino de maldad, hay como en la original una policía que investiga, Molly (Tolman) es el reflejo de Marg (McDormand), en este caso no está embarazada, la embarazada es la mujer del jefe (Julie Ann Emery), aunque posteriormente Molly si aparecerá preñada, los malhechores Carl y Gaear (Buscemi y Stormare) son reemplazados por un cínico, lacónico y experto Lorne Malvo (Thrornton), aunque a partir del segundo episodio si sale una pareja de sicarios (Russell Harvard y Adam Goldberg), el primero sordomudo y el segundo se comunica con él por señas, elemento disfuncional muy de los Coen.

Los guiones de Noah Hawley desbordan ingenio, mordacidad, sutilidad, agudeza, manado de ellos situaciones y diálogos frescos y chispeantes, con mucha inteligencia compone varias historias que se entrecruzan hábilmente, con algunos flash-backs que ayudan a la incisiva narrativa, edificando personajes sólidos, humanos, con aristas, imperfectos, con debilidades, muy bien matizados. La serie explora como un elemento extraño (el asesino) puede hacer mover la pieza de dómino de una sociedad para que “la tormenta” se desate, en el film era el perdedor Jerry el que ponía en marcha “el huracán”, aquí es un virus exterior que inocula al perdedor Lester para removerlo y darle una fuerte personalidad que lo saca de su abulimia, la contraposición en la original era el tierno matrimonio de la policía, aquí es el dulce romance de Molly con otro policía, Gus. Es un retrato amargo de la Condición Humana, salpicado de un humor negro retorcido, tocando temas como los complejos, la codicia, la transformación personal, la valentía, el nihilismo, la cobardía, la mentira, la amoralidad, ello enmarcado en un lugar cuasi-desértico que marca de nieve las personalidades. La serie discurre a un buen ritmo, sembrada de grandes momentos catárquicos, giros inesperados, sorpresas, y mucha violencia salvaje.

La serie engancha desde su fascinante inicio, un nocturno plano sostenido de una recta carretera nevada, en el horizonte se acerca un auto con los faros encendidos, de fondo la inquietante música, la cámara entra en coche con tonalidades rojas, vemos a Billy Bob Thornton oír la radio, la apaga, conduce tranquilo, de pronto dos ciervos cruzan saltando la vía, el conductor intentando esquivarlo se sale y choca con un montón de nieve, tras unos instantes de quietud, el maletero se abre y sale un tipo regordete en calzoncillos y corre despavorido campo a través hacia un bosque, el conductor se repone del golpe y sale tranquilo del auto, mira al tipo que corre, y anda hacia el ciervo con el que impactado, está tendido en el suelo respirando a duras penas, Thornton lo observa, fascinante arranque que te pone en ascuas por saber el porqué de lo que has visto. Luego asistimos a la exposición de lo que es un perdedor, Lester, y cuando se cruzan las vidas del personaje encarnado por Thornton y el perdedor el caos. La serie sabe jugar mordazmente con el equilibrio entre drama, humor y acción dosificándolo de modo adecuado para mantener expectante al telespectador, derivando en una fábula moral ambigua, donde lo que hace despertar a un mezquino tipo de su apatía es la maldad.

Con el primer extraordinario episodio los personajes quedan perfectamente delineados y la atención del televidente esta secuestrada, aún así la serie tiene más pólvora guardada sabiendo reinventarse encada capítulo, polifurcándose la acción en varias atractivas subtramas que dan riqueza a la serie, la aparición de los dos mercenarios por encargo de la mafia (Russell Harvard y Adam Goldberg), el chantaje al empresario Stavros Milos (buen Oliver Platt), la relación de Lester con la esposa del fallecido abusón Sam, Gina Hess (buena Kate Walsh), la relación entre Molly y Gus, o los dos agentes del FBI, Pepper (correcto Jordan Peele) y Budge (correcto Keegan-Michael Key).

La puesta en escena es uno de los grandes aciertos, pura “Fargo”, con un hermoso diseño de producción de Warren Alan Young (“La Vida secreta De Las Abejas”) y de John Blackie (“Hell On Wheels”), con escenarios áridos de nieve, con interiores que emiten realismo, con carreteras que son un personaje más, con lagos helados que son depredadores, con nevadas infernales, y esto con la maravillosa fotografía de Dana Gonzales (8 episodios, “Crash”) y Matthew J. Lloyd (2, “Salvajes”), con profusión de tonalidades grises blanquecinas, con planos serenos que dejan fluir la acción, fueras de plano sugestivos, con uso de las sombras vibrante (el tiroteo en la nevada), y resaltando el rojo-sangre para impactar al espectador, excelente, se notan los efluvios del Roger Deakins de la original. (continua en spoiler por falta de espacio))
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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