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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Drama Explora la relación que mantuvieron el Papa Benedicto XVI y su sucesor, el Papa Francisco, dos de los líderes más poderosos de la Iglesia Católica, que abordan sus propios pasados ​​y las demandas del mundo moderno para que la institución avance.
3 de febrero de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
23/23(31/01/20) Condescendiente film que retrata la curiosa circunstancia de tener a dos papas (Benedicto XVI y Francisco) cohabitando en el Vaticano. Dirige con mano buenista el brasileiro Fernando Meirelles (primer trabajo en ocho años del realizador de “Ciudad de Dios”), bajo un guión de Anthony McCarten (especialista en biopics: “La teoría del todo” sobre Stephen Hawking; “La noche más oscura” sobre Winston Churchill; “Bohemian Rhapsody” sobre Freddy Mercury), abordando con paternalismo la relación entre estos dos popes de la iglesia, lo hace mediante el artificio (ficcionado) del encuentro entre los dos cuando el argentino (entonces Cardenal) va a pedirle jubilarse al germano, estableciéndose entonces un combate de ideas sobre cómo encarar el futro de la Iglesia Católica, el papa defendiendo la ortodoxia y conservadurismo, frente al reformismo y la apertura de ideas del Cardenal jesuita. Creando con esto una especie de buddy-movie con trazas de bromance, ello mediante el don de la palabra, con diálogos ingeniosos, mordaces, que se mueven entre la reflexión intelectual sobre cavilaciones sobre la fe, los sentimientos de culpa, o temas más banales que derivan en humor blanco, como es el gusto por la pizza, la serie de televisión austriaca “Rex”, el futbol, la música pop (ABBA o Los Beatles), o el tango (de vergüenza ajena el baile entre los dos), esto en un desarrollo ágil, con buenos momentos. Y todo esto atomizado y que da sentido a su visión, como es la pareja protagonista de actores veteranos en estado de gracia como son los galeses Jonathan Pryce y Anthony Hopkins, en un tour de forcé destilando una frescura y simbiosis con sus roles impresionante.

Pero el film tiene desequilibrios, como es el flash-back (en blanco y negro) innecesario y que rompe el tono y ritmo del film sobre el pasado de Jorge Bergoglio durante la dictadura en su país natal, además de notarse un grito de petición de exculpación por los ‘errores’/fantasmas del pasado. Pero es que encima esto no es contrapesado por otro flash-back sobre el Papa Benedicto y su discutido pasado durante el nazismo, o su complicidad en el refugio de sacerdotes depredadores décadas después esto se obvia, con lo que el duelo queda atrofiado. La estructura tampoco ayuda a la neutralidad pues el relato se nota mucho más cercano al argentino que al teutón, se le muestra al latino como más humilde, simpático, cercano a los problemas de la gente, y al ahora emérito se le expone como muy rígido y altivo, pero tampoco es que el enfoque sea venenoso, al final todo queda en algo ligero, donde los roces entre ambos se van limando. Qué más da que por el camino se obvien o se pasen de puntillas por temas tan controvertidos para la Iglesia como los problemas de pedofilia en su seno, la corrupción en sus finanzas (el escándalo bancario que se dice forzó la renuncia de Benedictos), su caduca visión de la homosexualidad, del celibato o el aborto, todo ello en pos de una narración amable, en el que para que haya sustancia deben poner algunas ‘chinchetas’ a salvar, pero sin ánimo de molestar, donde la valentía es algo ausente en este metraje, quedándose en algo inofensivo e indulgente. Lo que sí es loable es la gran producción visual que es, con una recreación fastuosa de la Capilla Sixtina (no es la real), o el rodaje en palacios. Las actuaciones de Pryce y Hopkins, así como el guión de McCarten, recibieron nominaciones respectivas por su trabajo en los Oscar, los Globos de Oro y los Premios de Cine BAFTA.

Este es un film que parece patrocinado por el Vaticano por cómo nos quieren hacer ver que la Iglesia ejerce autocrítica y por ello se encuentra en transición para estar más cerca de sus feligreses, pero este lavado de cara me resulta impostado por la falta de coraje que se nos muestra, siendo muy blanditos en el encaramiento de una Iglesia acuciada por problemas propios y por no saber adaptarse a la nueva sociedad.Asimismo echo en falta alguna cercamiento a los juegos de lobybs de poder en el Vaticano, las mecánicas que llevan a uno otro prelado a see Sumo Pontífice, esto se deja de lado. Aunque por otro lado es destacable la reivindicación del entendimiento entre diferentes.

Meirelles tiene buenos momentos en la dirección de actores, en el modo de rodar a los protagonistas, en recursos hábiles para engancharnos, siendo para mí el mejor momento por su significado alegórico, me refiero a cuando el Papa Benedicto XVI y el cardenal Jorge Bergoglio discuten en un laberinto-jardín en el Palacio de Castel Gandolfo, cada uno confrontando pareceres, y a la vez transmitiendo al espectador el laberinto en el que se encuentra la Iglesia.

Los lugares de rodaje incluyen un campo de refugiados en Roma. La reproducción a tamaño real del interior de la Capilla Sixtina creada en estudios Cinecittà en Roma, área fuera de Castel Gandolfo (palacio de verano de los papas), varios lugares en Roma como sustitutos de escenas en el Vaticano y en zonas pobres de Buenos Aires. La Plaza de San Pedro se recreó utilizando imágenes generadas por computadora. Algunas escenas filmadas en el Palacio Real de Caserta y en villa Farnese en Caprarola, cerca de Roma. Gran parte de la cobertura en los medios de comunicación se ha centrado en la reconstruida Capilla Sixtina, construida en un estudio durante un período de ocho semanas. Con el fin de crear apariencia realista para las obras de arte, los productores contrataron a una empresa que produjo un "tatuaje" de las paredes y el techo. "La tinta del tatuaje se absorbe en el yeso, así que (...) obtuvimos toda la textura y la vitalidad", dijo el diseñador de producción Mark Tildesley. El conjunto interior es en realidad una pulgada o dos más grande que el interior real de la Capilla en el Vaticano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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