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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Drama. Comedia Ambientada en 1905, narra la sentimental historia de un afable y popular juez de Kentucky que se presenta a la reelección contra un fiscal yanqui. (FILMAFFINITY)
5 de septiembre de 2023
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230/18/19/08/23) Infravalorada dramedia dirigida por el maestro John Ford, según palabras, uno de sus films favoritos, y eso que fue un fracaso comercial. La he visto con motivo del 70 aniversario de su estreno (13/03/1953), y me ha sido aún mejor que la última vez que la vi, todo un soplo de aire fresco, que recuerda indefectiblemente a su anterior film de 1952 (el oscarizado) “El Hombre Tranquilo” en su retrato de una comunidad rural, algo muy fordiana, aunque esta historia es muy anterior a la protagonizada por O’Hara y Wayne, pues el guión de Laurence Tucker Stallings (“Tres lanceros bengalís” o “El Libro de la Selva”), se basa en material tomado de una serie de cuentos de Irvin S. Cobb, "Judge Priest", que aparecen en The Saturday Evening Post en la década de 1910, específicamente "The Sun Shines Bright", "The Mob from Massac" y "The Lord Provider", y que Ford había adaptado parte del mismo material en 1934 en su película “Judge Priest”. Esa película originalmente tenía una escena mostraba un intento de linchamiento de Poindexter (y la condena del acto por parte de Priest), fue cortada por la 20th Century Fox. La omisión fue una de las razones por las que Ford remodeló vagamente las historias de Cobb dos décadas más tarde como “The Sun Shines Bright” para Republic Pictures, incluyendo la desactivación del juez Priest de la mafia decidida a linchar a un joven personaje negro llamado Woodford. En ambas películas, Stepin Fetchit interpreta el papel del asistente del juez Priest, Poindexter. El título original, es una versión de la letra inicial de la canción My Old Kentucky Home, cuya música acompaña a la película.

Encantadora y entrañable cinta, canto al sur USA, a su modo de vida a principio de siglo XX, al entendimiento de los perdedoras de la guerra civil con los ganadores, y sobre todo una carta de amor a los marginados, erigiéndose en defensor de las causas perdidas el protagónico juez, en realidad un alter ego idealizado del propio John Ford, proyectando sus valores morales patriotas, su tolerancia, su ataque al racismo (en una sociedad que hacía poco acababa de salir de la era esclavista), a tomarse la justicia por su mano, su salvaguardia de las personas descarriadas. Una radiografía mordaz de un país en el que aun cicatrizaban las heridas de la guerra que los desangró. Las tres historias mezclándose de forma orgánica para exponer un lienzo conmovedor de este tiempo y lugar, con epicentro en la actuación mayestática de Charles Winninger como el carismático juez Priest (un apellido nada casual). Todo regado de un delicioso humor, con diálogos y situaciones que te mueven en todo momento a emociones, poniendo en alza la dignidad, la comprensión, el orgullo, el respeto, la valentía, en contra d ellos prejuicios. Todo esto componiendo personajes que transpiran humanidad en sus virtudes y muchos defectos, ello con economía de medios, valiéndose Ford de su experiencia para delinear personajes con alma, con matices y sobre todo simpáticos al espectador.

Los títulos de crédito se inician sobre un pontón, un negro alto, Jeff Poindexter (Stepin Fetchit) se asombra ante la llegada de un barco de vapor. El juez Priest (Charles Winninger), con gorra y camisón, lo llama esperando su trago matutino. Estamos en vísperas de las elecciones al juez del condado, a las que Priest se presenta tratando de reeditar el cargo, cargo que le discute muy seriamente el unionista Horace K. Maydew (Milburn Stone). Tiene un arranque un tanto dubitativo la historia, le cuesta situarse, aunque esto lo subsana con ingeniosas dosis de humor fordiano, ejemplo esa sesión en el juzgado. Tenemos una primera parte en que predomina el tono de comedia, pero a la vez va componiendo un cuadro de la personalidad magnética del protagonista, va dejando caer los secretos que anidan en este pueblo. Con esas reuniones de los veteranos confederados, en paralelo a otra de veteranos yankis, con ese manejo de la bandera, ese discurso de Priest. Siendo un momento parteaguas del film la llegada en el vapor de una enfermiza mujer, esto supone un giro hacia el drama neurálgico, donde los secretos comienzan a emerger, y ya no se puede estar de perfil ante la verdad, y es aquí donde la verdadera personalidad de unos y otros brotan. También crucial en tallar la magna personalidad del protagonista es la escena en que hace frente a una turba de linchamiento contra un desafortunado negro. Todo ello para desembocar en un rush final trémulo, con epicentro en un funeral, donde solo si erres de piedra no se te pondrá el vello de punta.

Es la fotografía de una comunidad con sus muertos en el armario, pero donde Ford lo salpica todo de humor, que hace todo sea muy fluido y ameno. En el centro y como cohesión narrativa que da sentido a todo está el carácter del protagonista. El juez Priest es una persona de una pieza, vestido de impoluto blanco, pertenece a la última generación de veteranos confederados de la Guerra Civil, lo conocemos quejándose a su sirviente que no le ha traído el agua de vida, pero en ello se nota gran confianza y camaradería con su criado. Es simpático, locuaz, valeroso, seguro de sí mismo, tolerante, teniendo a un criado negro al que trata con cariño (aunque puede visto hoy como condescendiente, hay que poner el contexto donde esto era un paso para el trato igualitario; Hasta el camino más largo se comienza con un paso pequeño), integro, tanto como para jugársela en el día de elecciones por sus convicciones humanistas.

Ford comienza mostrándonos a Priest como una parodia de juez, para poco a poco darnos cuenta de lo que esconde este hombrecito canoso, enfrentándose a los prejuicios de esta comunidad. La primera vez que lo vemos defendiendo la hipocresía general es cuando intenta el fiscal vejar a una mujer Mallie Cramp (estupenda Eve March, regenta un saloon [eufemismo de madame de burdel]) en el tribunal y él la atiende con caballerosidad, sin atender a su reputación (curiosamente no sabremos de que se le acusa).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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