Media votos
6.5
Votos
5,749
Críticas
5,250
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
7
6.7
4,496
Intriga
Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Un obrero de una fábrica aeronáutica de Los Ángeles es testigo de un acto de sabotaje en la planta en que trabaja. A causa de la la explosión muere su mejor amigo, pero lo peor es que él es acusado del crimen y perseguido por la policía. Para limpiar su nombre, atraviesa todo el país hasta Nueva York, buscando sin tregua a los culpables. (FILMAFFINITY)
15 de julio de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
148/13(14/07/17) Amena cinta dirigida por Alfred Hitchcock, en lo que supuso su primera contribución al esfuerzo de guerra, en una película con claros tintes propagandísticos, en la que curiosamente no se hace mención directa al enemigo por su nombre, solo se ven como una quinta columna que trabaja para un ente enemigo para sabotear la Libertad estadounidense. El orondo londinense vuelve a uno de sus mantras, como es el argumento sobre la base del falso culpable, tema ya tratado anteriormente en los films británicos “39 escalones (1935) e “Inocencia y juventud” (1937), y que reversionaria en su punto álgido con “Con la muerte en los talones” (1959), en lo que un acusado de algo que no ha hecho se inmerso en una odisea a lo largo de un país para intentar dar con el culpable de sus desdichas, en este caso con el componente de estar realizada en plena WWII, con lo que brillan algunos diálogos, frases y situaciones enalteciendo las virtudes americanas en contra de los enemigos saboteadores. El guión bajo historia de Hitch es de Peter Viertel (“El Viejo y el mar” o “Cazador blanco, corazón negro”), Joan Harrison (“Suspenso” o “Alfred Hitchcock presenta”), y Dorothy Parker (“La loba” o “Ha nacido una estrella”), esta última encargada de añadir los toques patrióticos y sus subrayados. Es un thriller con componentes de aventura, romanticismo, humor, tensión, todo con un ritmo trepidante, donde se dan cita fetiches del realizador, como la co-protagonista rubia, los giros sorpresa, el componente azarístico, y por supuesto su cameo, Hitchcock hace su aparición cercano a la hora de película, parado en un quiosco delante de una barbería en Nueva York mientras que el coche de los saboteadores se aleja. Hitchcock no pudo tener a los dos actores que él quería para papeles principales, Gary Cooper no estaba interesado en el proyecto y Barbara Stanwyck tenía otros compromisos, quedando al final los planes b Robert Cummings y Priscilla Lane, que cumplen sin dar demasiado esplendor.
Es un muy entretenido film que no da respiro, esto ayuda a no dé tiempo a reflexionar sobre una trama con múltiples agujeros. Producto con una clara vocación de ensalzar los valores patrios USA, no en vano cuando se estrenó (22 de abril de 1942), hacía solo cuatro meses que Estados Unidos había entrado en Guerra, hasta entonces más o menos neutral. Es por ello que la cinta hace muchas referencias a la Libertad frente a la Tiranía del Fascismo, vanagloriando a la ciudadanía civil de la nación a través de gente común, como el camionero, el ciego que ve en el alma, o la troupe circense. Un microcosmos de personajes con unos ideales puros que choca con la visión de unas torpes autoridades, o de la amoralidad de la gente pudiente, como el ranchero o la “muchimillonaria” neoyorkina. Este lado panfletario queda demasiado remasticado con continuas frases y diálogos que huelen a impostados y forzados, restando cualquier autenticidad natural a los personajes. Además Hitchcock remarca con contundentes secuencias el peligro latente de unos supuestos quintacolumnistas, ello en imágenes de una enorme presa californiana que los malos estudian destruir, o el navío que quieren destruir en su botadura, asimismo esto lo contrarresta el director con una épica batalla en el mayor de los Iconos de la Libertad la Estatua de la Libertad, sobre su antorcha se dará el enfrentamiento entre la pureza de espíritu y la podredumbre moral, derivando esta escena en una de las más míticas hitchcockianas, con una recreación sublime de la grandiosa figura, coronando esto con unos efectos visuales muy adelantados a su tiempo, denotando también el gusto que tenía el realizador en poner a sus protagonistas en el clímax final al borde de un abismo físico, así a bote pronto “Vértigo” (la torre de un campanario) o “Con la muerte en los talones” (el Monte Rushmore).
Es curioso el tramo en que Hitchcock mete a sus protagonistas en la caravana circense, convirtiendo estos minutos en un homenaje a la “Freaks” (1932) de Tod Browning, haciendo de los disfuncionales tipos (el hombre bala, la mujer barbuda, las hermanas siamesas, o el enano…) un epítome de la diversidad intrínseca estadounidense, donde gentes diferentes se unieron para crear el país baja la tolerancia al distinto; Por cierto, el encuentro del perseguido Kane y el ciego recuerda también al del monstruo de Frankenstein con otro ciego.
Robert Cummings cumple en su rol de injusto perseguido, aportando jovialidad, humor, encanto, pero falto de carisma e intensidad; Priscilla Lane resulta muy hermosa como Pat, aporta simpatía, pero adolece de expresividad más allá de su sonrisa, sus dotes para emitir dramatismo están entre lo nulo y lo inexistente, parece haber ido a la academia Chuck Norris de interpretación, de aquí que la química con Cummings sea cero; Otto Kruger como Tobin da un sibilino y sofisticado rendimiento como villano elegante; Norman Lloyd como Frank Fry da un malo aceptable, sobre todo en el clímax; Vaughan Glaser como el ciego aporta una fuerte personalidad en su poco tiempo en pantalla.
La puesta en escena resulta bastante buena, con una excelente dirección artística de Jack Otterson (“El Hombre Lobo” “Forajidos”) y diseño de decorados de Russell A. Gausman (“Sed de mal” o “Spartacus”), destacando la homérica secuencia de la Estatua de la Libertad, se rodó en una plataforma recreando a tamaño natural la antorcha, Hitchcock utilizó extensas imágenes para fondos falsos, rodadas por el director de la segunda unidad Vernon Keays, y el director de fotografía Charles Van Enger (“La sombra de una duda” o “La soga”), dotando en algunos tramos de niveles góticos los fotogramas, jugando con los subjetivos (irrupción de la policía en la caravana de la troupe de circo). se rueda en exteriores de California (Springville [rancho], las Alabama Hills de Lone Pine, Owens Lake [Soda City], Red Rock Canyon State Park) y en interiores de los Universal Studios (California),... (sigue en spoiler)
Es un muy entretenido film que no da respiro, esto ayuda a no dé tiempo a reflexionar sobre una trama con múltiples agujeros. Producto con una clara vocación de ensalzar los valores patrios USA, no en vano cuando se estrenó (22 de abril de 1942), hacía solo cuatro meses que Estados Unidos había entrado en Guerra, hasta entonces más o menos neutral. Es por ello que la cinta hace muchas referencias a la Libertad frente a la Tiranía del Fascismo, vanagloriando a la ciudadanía civil de la nación a través de gente común, como el camionero, el ciego que ve en el alma, o la troupe circense. Un microcosmos de personajes con unos ideales puros que choca con la visión de unas torpes autoridades, o de la amoralidad de la gente pudiente, como el ranchero o la “muchimillonaria” neoyorkina. Este lado panfletario queda demasiado remasticado con continuas frases y diálogos que huelen a impostados y forzados, restando cualquier autenticidad natural a los personajes. Además Hitchcock remarca con contundentes secuencias el peligro latente de unos supuestos quintacolumnistas, ello en imágenes de una enorme presa californiana que los malos estudian destruir, o el navío que quieren destruir en su botadura, asimismo esto lo contrarresta el director con una épica batalla en el mayor de los Iconos de la Libertad la Estatua de la Libertad, sobre su antorcha se dará el enfrentamiento entre la pureza de espíritu y la podredumbre moral, derivando esta escena en una de las más míticas hitchcockianas, con una recreación sublime de la grandiosa figura, coronando esto con unos efectos visuales muy adelantados a su tiempo, denotando también el gusto que tenía el realizador en poner a sus protagonistas en el clímax final al borde de un abismo físico, así a bote pronto “Vértigo” (la torre de un campanario) o “Con la muerte en los talones” (el Monte Rushmore).
Es curioso el tramo en que Hitchcock mete a sus protagonistas en la caravana circense, convirtiendo estos minutos en un homenaje a la “Freaks” (1932) de Tod Browning, haciendo de los disfuncionales tipos (el hombre bala, la mujer barbuda, las hermanas siamesas, o el enano…) un epítome de la diversidad intrínseca estadounidense, donde gentes diferentes se unieron para crear el país baja la tolerancia al distinto; Por cierto, el encuentro del perseguido Kane y el ciego recuerda también al del monstruo de Frankenstein con otro ciego.
Robert Cummings cumple en su rol de injusto perseguido, aportando jovialidad, humor, encanto, pero falto de carisma e intensidad; Priscilla Lane resulta muy hermosa como Pat, aporta simpatía, pero adolece de expresividad más allá de su sonrisa, sus dotes para emitir dramatismo están entre lo nulo y lo inexistente, parece haber ido a la academia Chuck Norris de interpretación, de aquí que la química con Cummings sea cero; Otto Kruger como Tobin da un sibilino y sofisticado rendimiento como villano elegante; Norman Lloyd como Frank Fry da un malo aceptable, sobre todo en el clímax; Vaughan Glaser como el ciego aporta una fuerte personalidad en su poco tiempo en pantalla.
La puesta en escena resulta bastante buena, con una excelente dirección artística de Jack Otterson (“El Hombre Lobo” “Forajidos”) y diseño de decorados de Russell A. Gausman (“Sed de mal” o “Spartacus”), destacando la homérica secuencia de la Estatua de la Libertad, se rodó en una plataforma recreando a tamaño natural la antorcha, Hitchcock utilizó extensas imágenes para fondos falsos, rodadas por el director de la segunda unidad Vernon Keays, y el director de fotografía Charles Van Enger (“La sombra de una duda” o “La soga”), dotando en algunos tramos de niveles góticos los fotogramas, jugando con los subjetivos (irrupción de la policía en la caravana de la troupe de circo). se rueda en exteriores de California (Springville [rancho], las Alabama Hills de Lone Pine, Owens Lake [Soda City], Red Rock Canyon State Park) y en interiores de los Universal Studios (California),... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
… asimismo se filmó en Nueva York (Rockefeller Center, Radio Music City Hall y la Liberty Island), una escena muestra un gran navío varado en el puerto, es el buque SS Normandie, se quemó y se hundió en febrero de 1942, dando lugar a rumores de sabotaje alemán. Llamativos son los efectos visuales creados por John P. Fulton (“Los Diez mandamientos” o “Vértigo”) destacando los de la escena del incendio, y sobre todo los la antorcha de la Estatua de la Libertad, haciendo que la caída sea con Lloyd acostado en una silla negra sobre un piso negro mientras la cámara se movía cerca a 40 pies por encima de él, haciéndolo parecer caer hacia abajo, lejos de la cámara. La música es obra de Frank Skinner (“El gran Ziegfeld” o "Harvey”), acunando la acción en melodías rítmicas y neurálgicas.
Es un pasarratos escapista que en su vorágine deja muchos cabos sueltos, incoherencias y lagunas argumentales, empezando por el propio hilo conductor, porque Kane no cuenta a la policía lo que sabe de la carta de Fry y que ellos investiguen? Por qué no cuenta a la policía lo de Soda City? O porque el camionero tiene fe ciega en un tipo que acaba de conocer? Por qué el invidente tiene fe ciega en un tipo que acaba de conocer? Porque el ciego pone a un prófugo de la policía emparejado a su sobrina? Y al ciego nadie le avisa de que su hija desaparece por días cuando era supuestamente un rato? Menuda preocupación debe tener; Porque Patricia al final cree en la inocencia de Kane? Porque parte de la troupe circense cree en la inocencia del prófugo? Y todo esto sin proclamar él que sea inocente. Quizás debieron colocar un aura Divina alrededor de Kane (que para el ciego emitiera un sonido celestial) y así todo se entendería mejor. Hay más agujeros.
Spoiler:
Lo de la fiesta de la alta sociedad (otro elemento fetiche en el cine de Hitch) queda muy bien escenográficamente, pero no se sostiene, porque los “malos” no detiene n a Kane por las bravas, es un huido de la policía, estaría justificado, si no que se la cogen con papel de fumar, en un juego del gato y el ratón tontonesco, chirria; Como consigue salir Kane de su encierro, lo vemos activando la alarma antiincendios, y lo siguiente que vemos es a él fuera, no nos dijeron que puede atravesar paredes; No entiendo como Kane huyendo del Rockefeller Center, tras la brillante escena en el cine, sale a fuera y ya está con Patricia, error de edición? O que pasan del espectador? Porque Fry en su huida final decide que el mejor sitio es visitar la Estatua de la Libertad, una pequeña isla donde no tiene salida alguna? Queda espectacular el clímax en la antorcha, pero qué sentido tiene que Kane persiga a Fry a un lugar que no tiene salida? Lo lógico es esperar que la policía haga su trabajo.
Momentos recordables: El incendio en la fábrica al inicio; La escena “Freaks”; La escena en el cine con el tiroteo metacine en que se produce en afición y paralelo en la realidad de la película, idea plagiada hasta el hartazgo; Cuando Fry pasa con el taxi frente al buque varado por la explosión, su sonrisa siniestra hiela la sangre; Por supuesto el clímax en la antorcha de la estatua de la Libertad, con la caída final del malo al vacío.
En conjunto me queda una buena película, que salvando sus defectillos, se convierte en una obra escapista que consigue su objetivo de hacerte pasar un tiempo ameno, con unas cuantas escenas para el recuerdo. Fuerza y honor!!!
Es un pasarratos escapista que en su vorágine deja muchos cabos sueltos, incoherencias y lagunas argumentales, empezando por el propio hilo conductor, porque Kane no cuenta a la policía lo que sabe de la carta de Fry y que ellos investiguen? Por qué no cuenta a la policía lo de Soda City? O porque el camionero tiene fe ciega en un tipo que acaba de conocer? Por qué el invidente tiene fe ciega en un tipo que acaba de conocer? Porque el ciego pone a un prófugo de la policía emparejado a su sobrina? Y al ciego nadie le avisa de que su hija desaparece por días cuando era supuestamente un rato? Menuda preocupación debe tener; Porque Patricia al final cree en la inocencia de Kane? Porque parte de la troupe circense cree en la inocencia del prófugo? Y todo esto sin proclamar él que sea inocente. Quizás debieron colocar un aura Divina alrededor de Kane (que para el ciego emitiera un sonido celestial) y así todo se entendería mejor. Hay más agujeros.
Spoiler:
Lo de la fiesta de la alta sociedad (otro elemento fetiche en el cine de Hitch) queda muy bien escenográficamente, pero no se sostiene, porque los “malos” no detiene n a Kane por las bravas, es un huido de la policía, estaría justificado, si no que se la cogen con papel de fumar, en un juego del gato y el ratón tontonesco, chirria; Como consigue salir Kane de su encierro, lo vemos activando la alarma antiincendios, y lo siguiente que vemos es a él fuera, no nos dijeron que puede atravesar paredes; No entiendo como Kane huyendo del Rockefeller Center, tras la brillante escena en el cine, sale a fuera y ya está con Patricia, error de edición? O que pasan del espectador? Porque Fry en su huida final decide que el mejor sitio es visitar la Estatua de la Libertad, una pequeña isla donde no tiene salida alguna? Queda espectacular el clímax en la antorcha, pero qué sentido tiene que Kane persiga a Fry a un lugar que no tiene salida? Lo lógico es esperar que la policía haga su trabajo.
Momentos recordables: El incendio en la fábrica al inicio; La escena “Freaks”; La escena en el cine con el tiroteo metacine en que se produce en afición y paralelo en la realidad de la película, idea plagiada hasta el hartazgo; Cuando Fry pasa con el taxi frente al buque varado por la explosión, su sonrisa siniestra hiela la sangre; Por supuesto el clímax en la antorcha de la estatua de la Libertad, con la caída final del malo al vacío.
En conjunto me queda una buena película, que salvando sus defectillos, se convierte en una obra escapista que consigue su objetivo de hacerte pasar un tiempo ameno, con unas cuantas escenas para el recuerdo. Fuerza y honor!!!