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Voto de TOM REGAN:
10
7.6
4,993
Drama
En los años 40, finalizado el conflicto de la Guerra Civil Española, una familia abandona el campo y emigra a Madrid con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida. Sin embargo, la vida en la ciudad es cruel y está llena de desengaños y penalidades. Manuel, el padre, encuentra trabajo en una fundición, pero no puede soportar el ritmo de trabajo. Pepe, el hijo mayor, se dedica a turbios asuntos relacionados con el estraperlo. ... [+]
24 de abril de 2013
25 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
44/10(11/03/13) Obra Maestra cuasi-clandestina del cine hispano, José Antonio Nieves Conde dirige magistralmente esta gran película, uno de los retratos más amargos que se haya hecho al Sueño Franquista, estremecedor alegato a favor de la vida rural. Tras los títulos de crédito vemos sobreimpresionada una sentencia de Eugenio Montes (spoiler), nítido aviso en contra de los campesinos que se dejan nublar por las luces de neón de Sodoma y Gomorra, arranca con una familia, los Pérez, bajándose del tren en la bulliciosa Estación Norte de Madrid, vienen del campo aspirando a una vida mejor, son un matrimonio mayor, Manuel Pérez (gran José Prada) y Rosario (gran Montserrat Carulla), y sus tres hijos, Pepe (gran Francisco Arenzana), Manolo (buen Ricardo Lucia), y una muchacha, Tonia (gran María de Leza), se suben al metro y los pasajeros se burlan de sus pintas de paletos, se alojan en una típica corrala madrileña, la vivienda de unos parientes a la que realquilan habitaciones. Chocaran con la dura realidad, la urbe es una jungla con sus encantos y sus riquezas, pero con multitud de depredadores dispuestos a triturarlos, a aprovecharse de ellos, al principio todo son promesas de un mañana mejor pero la selva no hace prisioneros, los engañaran, robaran, humillaran y apalearan. La historia es un desgarrado fresco de la época, en retrato de la España Más Negra, un Júpiter que devora a sus hijos, relato de la degradación de la familia. Un áspero reflejo de un tiempo, sin sensiblerías, ni maniqueísmos, con un tono seco, adusto, con una violencia latente, una deprimente estampa donde se destroza a la Ciudad como Icono de un futuro halagüeño, Ciudad corrupta, mezquina, patética, solo sobreviven los pícaros, ladrones, prostitutas, estraperlistas, no hay lugar para las buenas gentes, las brillantes luces de la ciudad deslumbran a los campesinos y se crean la falsa ilusión de que allí con poco trabajo se alcanza mucho. La cinta posee un marcado tono patriarcal-machista, se expone al patriarca como adalid de la integridad al que se despoja de su orgullo al ponerle a hacer las tares domésticas, pero que reflota base de una paliza a su mujer, su ira violenta emerge y vuelve a tomar el mando. Es un fresco coral de una intensidad inusitada, con un increscendo dramático trémulo, un viaje al fondo del Infierno, el hijo mayor termina como ladrón para un ricachuelo, el Chamberlain (impresionante Félix Dafauce), ello para mantener a su pendona novia, Pili (gran Maruja Asquerino), ex de un macarra que la acosa, el Mellao (Luis Peña), la ingenua Tonia, embobada por los lujos, acaba como amancebada del Chamberlain, ello consentido por su madre, el hijo menor, Manolo, es engullido por su orgullo y despedido de un trabajo tiene una pelea con su familia y huye, una bajada a los lugares más pobres de la ciudad, hasta que entabla amistad con una muchacha que trabaja con su padre de titiriteros, el patriarca hallará curro de peón de carga, le durará poco por los achaques de la edad, su mujer asumirá el poder ante la falta de autoestima del padre, entre los 5 se conformará un mosaico desolador, crudo, seco, y amoral, sobre todo para una sociedad católica-machista, la Madre se torna en cabeza de familia, el hijo se ajunta sin casarse con una mujer ligera de cascos, la hija es el juguete sexual de un mafioso, el menor prefiere ser un pedigüeño a estar con su familia. El propio director, Natividad Zaro y Gonzalo Torrente Ballester escriben este magnífico guión, construyen un microcosmos realista deudor del mejor neorrealismo italiano, mezclando con inteligencia el melodrama, cine costumbrista y cine negro, feroz radiografía de las miserias de la Condición Humana, en cada fotograma se respira veracidad, es una impresionante ventana que nos conecta con el pasado y nos remueve las entrañas, ello con diálogos y frases con bastante carga de profundidad (spoiler), dibujando a personajes complejos y llenos de personalidad. El ritmo es muy fluido, las situaciones resultan muy bien encadenadas, los saltos de una historia a otra quedan muy intercaladas, nunca desconectas, todas las subtramas mantienen interés, todo para desembocar en un final descomunal, con imágenes de una fuerza inusitada, metáforas en fotogramas de una potencia turbadora (spoiler). Nieves Conde estuvo preparó durante tiempo el film en pos de alcanzar un tronador naturalismo, recorrió los barrios de Atocha, Lavapiés, Legazpi y Embajadores, fotografiando cada rincón, casa y persona, llegaron a comprar el vestuario a los lugareños, Conde pudiendo contratar a actores populares prefirió a rostros menos conocidos para el reparto para que el público se centrará en la historia y no en los actores, el resultado es de una autenticidad que duele. A este clima ayuda la espléndida fotografía del catalán Sebastián Perera que sabe jugar con los luminosos días en exteriores, creando postales hermosas del Madrid de los 50, sus amplias plazas, los tranvías, los parques, los mercados, como en interiores, remarcando lo deprimente del argumento con tenebrosos claroscuros a medida que la narración avanza, estupenda. Los actores lo bordan transmitiendo un tsunami de emociones, nos arrastran en su caída libre, pero sobre todo destacaría a Félix Dafauce como el carismático mafioso, una interpretación colosal, trasluce un aura maléfica, un siniestro tipo que sin escrúpulos manipula a los demás provocando el terror a los que le rodean, descomunal, para siempre se me quedará su imagen final (spoiler), también sobresale Luis Peña con el Mellao, sobresaliente su retorcido rol. Increíble como una obra tan crítica con la sociedad como esta saltara la censura imperante, tan solo se modificó un poco su final (spoiler), un pesimista estudio sobre la inmigración interior que se llevó a cabo en la España de post-guerra, provocando la masificación de estratos sociales bajos, vivían en espacios que eran cuasi-guetos marginales,creándose unos bajos fondos,… (Continua en spoiler sin y al final con)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
… allí sobrevivían los peores vicios de la sociedad, el mercado negro, la prostitución o los robos, ello en el marco de de un franquismo que queda muy mal parado, ejemplo la penosa burocracia que era impotente a la hora de proporcionar un buen trabajo, o unos mafiosos que gracias a su dinero hacen y deshacen a su antojo. La moralina se puede entender mejor si partimos de la base que la idea para la película parte de Eugenio Montes cofundador de la Falange y entonces Embajador de España en Portugal (otra dictadura), pues resulta que el ideario falangista, estos consideraban al campo como <El Vivero Espiritual De España>, que al parecer defendían los valores de la sociedad agraria en las que sobresalían el catolicismo, la solidaridad y la familia frente a lo pernicioso de las grandes ciudades donde estos valores se difuminaban en pos del individualismo que desintegraba las familias, donde la avaricia y ambiciones personales daba paso a las peores inmoralidades (información sacada del F.A. Messer E Vork), esto colisionó con ciertos gerifaltes franquistas haciendo que al director general de cinematografía fuera cesado, la defendió contra ‘Alba de América’ (1951) de Juan De Orduña. Luchino Visconti realizó 9 años después de esta la gran ‘Rocco y sus hermanos’, y la idea general es un calco, una familia de campo viaja a la Ciudad, en este caso Milán, el mensaje inherente es el mismo, la hiena que es la urbe, se ríe de ellos, se aprovecha y al final cual carroña se los come, destrozando una familia por las ambiciones tan propias del ser humano. En conjunto, Obra Maestra española. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
El tramo final es glorioso, de noche el Chamberlain llega a su garaje, ahí tiene a La Rubia (su furgoneta), encuentra a Pepe tirado en el suelo con la cabeza ensangrentada, Pepe se mueve pidiendo ayuda, el Chamberlain responde lacónicamente <Ya te advertí hace tiempo que si algo salía mal yo me lavaba las manos>, Pepe se desmaya, el Chamberlain se pone unos guantes, arrastra el cuerpo a la parte trasera de La Rubia, conduce el vehículo hasta un puente, saca a Pepe moribundo, lo pone al filo del puente, escuchamos de fondo un tren, tira el cuerpo a la vía del tren, vemos el rostro sonriente del Chamberlain, se enciende un cigarrillo, escuchamos el tren que se acerca, no lo vemos pero el humo de la locomotora los envuelve todo, el Chamberlain asiste inmóvil a la escena, queda la impresión de ser un demonio entre el humeante fuego, colosal, ello fotografiado de modo expresionista, sublime. Pasamos al día, plano general de Madrid, estamos en un cementerio, los Pérez están enterrando a Pepe, el patriarca espeta a lo que queda de su familia, su esposa e hija, <Hay que volver>, la mujer responde >Ahora, para que se rían de nosotros>, la hija apostilla <Que vergüenza> y el padre sentencia <Pues con vergüenza pero hay que volver>, y acaba con un plano de unos surcos en el campo. MAGNO.
El director quería un final aún más descarnado, el padre, la madre y la hija Tonia esperaban para subirse al tren para regresar a sus raíces en el pueblo rural, ven a otra familia de campesinos bajarse del tren, son su viva estampa cuando ellos arribaron, la ilusión cándida se denota en ellos, los tres se suben al tren y cuando arranca Tonia salta al andén, sigue prefiriendo los cantos de sirena del Averno de la ciudad, la prostitución es su futuro y no le importa, desolador, la censura no pasó por esto, hubo que recortarlo.
Al inicio sobreimpresionado:
“Hasta las últimas aldeas, llegan las sugestiones de la ciudad convidando a los labradores a desertar de su terruño, con promesas de fáciles riquezas.
Recibiendo de la urbe tentaciones, sin preparación para resistirlas y conducirlas, estos campesinos, que han perdido el campo y no han ganado la muy difícil civilización, son árboles sin raíces, astillas de suburbio, que la vida destroza y corrompe. Esto constituye el más doloroso problema de nuestro tiempo.” (Eugenio Montes)
Spoiler:
El tramo final es glorioso, de noche el Chamberlain llega a su garaje, ahí tiene a La Rubia (su furgoneta), encuentra a Pepe tirado en el suelo con la cabeza ensangrentada, Pepe se mueve pidiendo ayuda, el Chamberlain responde lacónicamente <Ya te advertí hace tiempo que si algo salía mal yo me lavaba las manos>, Pepe se desmaya, el Chamberlain se pone unos guantes, arrastra el cuerpo a la parte trasera de La Rubia, conduce el vehículo hasta un puente, saca a Pepe moribundo, lo pone al filo del puente, escuchamos de fondo un tren, tira el cuerpo a la vía del tren, vemos el rostro sonriente del Chamberlain, se enciende un cigarrillo, escuchamos el tren que se acerca, no lo vemos pero el humo de la locomotora los envuelve todo, el Chamberlain asiste inmóvil a la escena, queda la impresión de ser un demonio entre el humeante fuego, colosal, ello fotografiado de modo expresionista, sublime. Pasamos al día, plano general de Madrid, estamos en un cementerio, los Pérez están enterrando a Pepe, el patriarca espeta a lo que queda de su familia, su esposa e hija, <Hay que volver>, la mujer responde >Ahora, para que se rían de nosotros>, la hija apostilla <Que vergüenza> y el padre sentencia <Pues con vergüenza pero hay que volver>, y acaba con un plano de unos surcos en el campo. MAGNO.
El director quería un final aún más descarnado, el padre, la madre y la hija Tonia esperaban para subirse al tren para regresar a sus raíces en el pueblo rural, ven a otra familia de campesinos bajarse del tren, son su viva estampa cuando ellos arribaron, la ilusión cándida se denota en ellos, los tres se suben al tren y cuando arranca Tonia salta al andén, sigue prefiriendo los cantos de sirena del Averno de la ciudad, la prostitución es su futuro y no le importa, desolador, la censura no pasó por esto, hubo que recortarlo.
Al inicio sobreimpresionado:
“Hasta las últimas aldeas, llegan las sugestiones de la ciudad convidando a los labradores a desertar de su terruño, con promesas de fáciles riquezas.
Recibiendo de la urbe tentaciones, sin preparación para resistirlas y conducirlas, estos campesinos, que han perdido el campo y no han ganado la muy difícil civilización, son árboles sin raíces, astillas de suburbio, que la vida destroza y corrompe. Esto constituye el más doloroso problema de nuestro tiempo.” (Eugenio Montes)