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Voto de TOM REGAN:
8
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7.8
32,439
6 de marzo de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
62/24(25/02/22) Con motivo del 50 Aniversario del estreno de uno de los musicales más famosos de la historia, me lo he visto. Notable y disfuncional musical dirigido por el experto en el género Bob Fosse. Película imprescindible de la Historia del Cine, ganó 8 Oscars y lo hizo compitiendo nada menos que con “El Padrino”, Fosse le arrebató a Coppola la estatuilla al mejor director, Joel Grey se la ganó nada menos que al Michael Corleone de Al Pacino. Las historias autobiográficas de Berlín ‘Berlin Stories’, 1945) de Christopher Isherwood (anteriormente filmadas como “Soy una cámara” de 1951, con Julie Harris como Sally Bowles) se convirtieron en una obra de teatro y luego en un musical de Broadway en 1966 de Kander and Ebby aquí el coreógrafo Bob Fosse, luchó para darles forma de película. Se utilizaron varios números de la partitura teatral para la película, también incluía otras tres canciones de Kander y Ebb, incluidas dos escritas para la adaptación. A la manera tradicional del teatro musical, la mayoría de los personajes principales de la versión teatral cantan para expresar sus emociones y avanzar en la trama; en la película, sin embargo, los números musicales son enteramente diegéticos. Todos ellos tienen lugar dentro del club, con excepción del turbador "Tomorrow Belongs to Me", única canción que no cantan ni los personajes del Maestro de Ceremonias ni Sally Bowles, y que sirve para explicar en cierto modo el advenimiento de los nazis al Bundestag, siendo asimismo (reflejado en el tema ‘Cabaret’) una oda a un mundillo que llegaba su fin con la llegada de esos tipos uniformados con un brazalete con la esvástica.
La historia nos traslada al Berlín de la República de Weimar, poco antes de la llegada al poder de los nazis, aunque estos ya enraizaban en la sociedad germana, en lo que se puede ver como una extensión en el universo de la gran viscontiana “La caída de los dioses”, mostrando como la decadencia moral (la lucha de mujeres en el barro), el hedonismo y el libertinaje (y ambigüedad) sexual, reflejados en el cabaret, dieron lugar a Hitler. Y es que el film entra en temas como la prostitución, la homosexualidad, la bisexualidad, el aborto (incluso hace mofa de la zoofilia para resaltar la estupidez del nazismo frente al judaísmo), los ménage à trois, la corrupción, la ambigüedad sexual, el travestismo, el antisemitismo, y el nazismo. Siendo por ello un canto a la libertad y a la alegría de vivir frente al fanatismo puritano que emana del fascismo-nazismo, por cierto nazismo tratado de modo tangencial, esto provoca que cada vez entran física o ideológicamente cale su terror cual ente etéreo. Un musical que rompe con lo tradicional del género que es ser una comedia aderezada con números musicales, este es un relato sórdido, que conforme avanza se oscurece más y más.
El Kit Kat Klub como metáfora de la decadencia de Alemania en la década de 1930 al eliminar todos menos uno de los números musicales interpretados fuera del club. Además, los compositores originales del programa, Kander y Ebb, escribieron dos fenomenales temas, el cínico "Mein Herr" y la homérica canción icono del film "Money", e incorporaron "Maybe This Time", canción que habían compuesto en 1964 y cantada por primera vez por Kaye Ballard. Estando también las estupendas canciones “Money Makes the World Go Around”, “If You Could See Her Though My Eyes”. Aparte de estar el tema epónimo de la película el festivo y a la par melancólico, por el sentido adquirido en la cinta, de ser un grito desesperado ante lo que está´ enraizando en Alemania, el “Cabaret”. Y por supuesto las excelentes coreografías creadas por Fosse sirven de atractivo sensorial.
Película que lanzó al estrellato a la protagonista Liza Minnelli, convirtiéndola con su peinado casco a lo Lulu, con bombín, tirantes negros y sentada a horcajadas en una silla de madera curvada en un icono de la cultura pop, además de desprender toda una gama de emociones que te llegan en su complejidad de mujer que aspira ser una estrella del cine alemán, una bon vivant que no quiere que nada le estorbe en su pretendido ascenso. Sabe transmitir la alegría impostada que requiere su ambiguo rol, un carácter vitalista deja entrever sus grietas tras su permanente sonrisa, una nihilista, aparte de estar excelsa en los números musicales. Minnelli inspiró la apariencia del personaje en Louise Brooks, actriz estadounidense famosa en la década de 1930 en la Alemania de Weimar, sobre todo en su actuación en “La Caja de Pandora” (1929); Joel Gray brilla con luz propia con un papel que repite de Broadway, como el maestro de ceremonias del Kit Kat Club, rol que solo vemos sobre el escenario cantando, nunca interactúa fuera del escenario, por lo que todo es su poderío expresivo mientras canta y baila los fascinantes números, y esto lo borda con una vis cómica electrizante (como premio fue el Oscar), es el transmisor de que el espectáculo debe continuar, por lo menos mientras se pueda; Michael York como Brian Roberts, alter ego de Christopher Isherwood, en un papel que cumple, teniendo buena química con Liza, aunque su indefinición sexual queda un tanto difusa. El guionista Wheeler también se basó en la franqueza del autor gay sobre su homosexualidad para convertir al personaje masculino principal en un hombre bisexual "en lugar del heterosexual como había sido en el musical".
La película también le dio a Minnelli, hija de Judy Garland y Vincente Minnelli, su primera oportunidad de cantar en la pantalla, y ganó el Premio de la Academia a la Mejor Actriz. Con Premios de la Academia al Mejor Actor de Reparto (Grey), Mejor Director (Fosse), Mejor Fotografía , Mejor Dirección de Arte, Mejor Sonido, Mejor Banda Sonora de Canción Original y Adaptación, y Mejor Edición de Película, Cabaret tiene el récord de más premios Oscar ganados por una película que no haya sido galardonada como Mejor Película. Fue el primer musical en recibir un certificado X, aunque luego se le quitó.
La historia nos traslada al Berlín de la República de Weimar, poco antes de la llegada al poder de los nazis, aunque estos ya enraizaban en la sociedad germana, en lo que se puede ver como una extensión en el universo de la gran viscontiana “La caída de los dioses”, mostrando como la decadencia moral (la lucha de mujeres en el barro), el hedonismo y el libertinaje (y ambigüedad) sexual, reflejados en el cabaret, dieron lugar a Hitler. Y es que el film entra en temas como la prostitución, la homosexualidad, la bisexualidad, el aborto (incluso hace mofa de la zoofilia para resaltar la estupidez del nazismo frente al judaísmo), los ménage à trois, la corrupción, la ambigüedad sexual, el travestismo, el antisemitismo, y el nazismo. Siendo por ello un canto a la libertad y a la alegría de vivir frente al fanatismo puritano que emana del fascismo-nazismo, por cierto nazismo tratado de modo tangencial, esto provoca que cada vez entran física o ideológicamente cale su terror cual ente etéreo. Un musical que rompe con lo tradicional del género que es ser una comedia aderezada con números musicales, este es un relato sórdido, que conforme avanza se oscurece más y más.
El Kit Kat Klub como metáfora de la decadencia de Alemania en la década de 1930 al eliminar todos menos uno de los números musicales interpretados fuera del club. Además, los compositores originales del programa, Kander y Ebb, escribieron dos fenomenales temas, el cínico "Mein Herr" y la homérica canción icono del film "Money", e incorporaron "Maybe This Time", canción que habían compuesto en 1964 y cantada por primera vez por Kaye Ballard. Estando también las estupendas canciones “Money Makes the World Go Around”, “If You Could See Her Though My Eyes”. Aparte de estar el tema epónimo de la película el festivo y a la par melancólico, por el sentido adquirido en la cinta, de ser un grito desesperado ante lo que está´ enraizando en Alemania, el “Cabaret”. Y por supuesto las excelentes coreografías creadas por Fosse sirven de atractivo sensorial.
Película que lanzó al estrellato a la protagonista Liza Minnelli, convirtiéndola con su peinado casco a lo Lulu, con bombín, tirantes negros y sentada a horcajadas en una silla de madera curvada en un icono de la cultura pop, además de desprender toda una gama de emociones que te llegan en su complejidad de mujer que aspira ser una estrella del cine alemán, una bon vivant que no quiere que nada le estorbe en su pretendido ascenso. Sabe transmitir la alegría impostada que requiere su ambiguo rol, un carácter vitalista deja entrever sus grietas tras su permanente sonrisa, una nihilista, aparte de estar excelsa en los números musicales. Minnelli inspiró la apariencia del personaje en Louise Brooks, actriz estadounidense famosa en la década de 1930 en la Alemania de Weimar, sobre todo en su actuación en “La Caja de Pandora” (1929); Joel Gray brilla con luz propia con un papel que repite de Broadway, como el maestro de ceremonias del Kit Kat Club, rol que solo vemos sobre el escenario cantando, nunca interactúa fuera del escenario, por lo que todo es su poderío expresivo mientras canta y baila los fascinantes números, y esto lo borda con una vis cómica electrizante (como premio fue el Oscar), es el transmisor de que el espectáculo debe continuar, por lo menos mientras se pueda; Michael York como Brian Roberts, alter ego de Christopher Isherwood, en un papel que cumple, teniendo buena química con Liza, aunque su indefinición sexual queda un tanto difusa. El guionista Wheeler también se basó en la franqueza del autor gay sobre su homosexualidad para convertir al personaje masculino principal en un hombre bisexual "en lugar del heterosexual como había sido en el musical".
La película también le dio a Minnelli, hija de Judy Garland y Vincente Minnelli, su primera oportunidad de cantar en la pantalla, y ganó el Premio de la Academia a la Mejor Actriz. Con Premios de la Academia al Mejor Actor de Reparto (Grey), Mejor Director (Fosse), Mejor Fotografía , Mejor Dirección de Arte, Mejor Sonido, Mejor Banda Sonora de Canción Original y Adaptación, y Mejor Edición de Película, Cabaret tiene el récord de más premios Oscar ganados por una película que no haya sido galardonada como Mejor Película. Fue el primer musical en recibir un certificado X, aunque luego se le quitó.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La historia central se centra en el romance entre la hedonista y despreocupada cantante Sally y profesor de inglés Brian, que deviene, con la aparición del barón Maximilian von Heune (Helmut Griem en un triángulo amoroso que incluso llega al trio, por cierto, esto no estaba en la versión teatral. Una relación disfuncional que se va agriando conforme avanza la trama, hasta oscurecerse de modo asfixiante en el rush final. Esta trio sirve como reflejo de la lujuria libidinosa del tiempo en contraposición con los que se iban a erigir en los guardianes de la moral ‘correcta’, y que se encontraban en ascenso al fondo del cuadro de la película; esto se entremezcla con el romance de un amigo de Bryan que se enamora de una mujer judía, exponiendo el cariz antisemita que germinaba en la sociedad teutona. Con momentos tan simbólicos en este aspecto racista como cuando un snob aristócrata comenta sobre los nazis, "que se libren de los comunistas, luego ya les controlaremos", como dando a entender que les viene bien su violencia, pero luego esto al dejarles hacer a su antojo ascendieron y se descontrolaron.
Las canciones actúan a modo de alegoría cínica sobre lo que sucede en la narración, entrando en comentarios sociales, políticos, o sexuales. Comenzando con el festivo ‘Wilkommen’ a modo de bienvenida; El tema ‘Two Ladies’, se hace chanzas de un triángulo amoroso, cual el que tienen Sally, Brian y Max (aunque en el tema es dos mujeres y un hombre; El ‘Mein Herr’ es la deconstrucción de la relación de Sally y Brian; El mítico ‘Money’ como reflejo del materialismo de Sally; El mordaz y caricaturesco ‘If You Could See Her Through My Eyes’ sirve para a tacar con ingenio al antisemitismo (aunque hubo gente en su tiempo que no lo entendió y lo vio racista!), ello exponiendo la relación entre un hombre y una gorila, donde se dice traducido ‘Si la vieran con mis ojos... Si la vieran con mis ojos, no dirían que es judía’; Y como epílogo (el final de la relación Sally & Brian me deja un tanto in media res) el ‘Life is a Cabaret’, grito en favor de la alegría de disfrutar de la vida, ello coronado con un sensacional travelling sobre una pared metalizada-oro, donde se refleja de modo distorsionado el público, entreviéndose a gente ataviada con camisas pardas y con brazaletes con la gamada nazi, y congelándose la imagen, a modo de punto y aparte por lo que está por llegar; El único tema musical que se da fuera del Kit Kat, es cuando un joven perteneciente a las juventudes hitlerianas se arranca a cantar “Tomorrow belongs to me”, simbolizando la adhesión en masa a la parafernalia nazi. Comenzando la secuencia con un primer plano de un joven querubín cantando lo que parece ser una dulce balada ante un auditorio de gente que disfruta tranquilamente de una soleada mañana en un merendero. El plano se abre y el fervor de adhesión aumenta. La canción adquiere tono de himno de guerra. La escena termina con una frase demoledora “Todavía crees que les podréis parar los pies (a los nazis)?”.
Meritoria la cinematografía de Geoffrey Unsworth (“2001”), impregnando de oscuridad muchos tramos en función dramática acorde con el tono que va adquiriendo la acción, con mucho de expresionismo, con tomas holandesas, con imágenes de reflejos, con primeros planos asfixiantes, con contraluces, y sabiendo amoldarse a las secuencias musicales, aquí la edición del oscarizado por la labor David Bretherton (“Almas de metal”) crea energía.
Spoiler:
Momentos recordables: La paliza al director del Kit Kat al ritmo de una melodía bávara; El baile en la casa del barón que termina con los tres abrazados (Sally, Brian y Maximilian); Maravillosa alegoría visual, cuando Sally va a abortar se alterna con imágenes de un niño botando una pelota en unas escaleras hasta que al final le da una patada, epítome metafórico del aborto.
Vibrante musical, aunque tiene alguna tara. Fuerza y honor!!!
Para leer más del film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2022/03/cabaret.html
Las canciones actúan a modo de alegoría cínica sobre lo que sucede en la narración, entrando en comentarios sociales, políticos, o sexuales. Comenzando con el festivo ‘Wilkommen’ a modo de bienvenida; El tema ‘Two Ladies’, se hace chanzas de un triángulo amoroso, cual el que tienen Sally, Brian y Max (aunque en el tema es dos mujeres y un hombre; El ‘Mein Herr’ es la deconstrucción de la relación de Sally y Brian; El mítico ‘Money’ como reflejo del materialismo de Sally; El mordaz y caricaturesco ‘If You Could See Her Through My Eyes’ sirve para a tacar con ingenio al antisemitismo (aunque hubo gente en su tiempo que no lo entendió y lo vio racista!), ello exponiendo la relación entre un hombre y una gorila, donde se dice traducido ‘Si la vieran con mis ojos... Si la vieran con mis ojos, no dirían que es judía’; Y como epílogo (el final de la relación Sally & Brian me deja un tanto in media res) el ‘Life is a Cabaret’, grito en favor de la alegría de disfrutar de la vida, ello coronado con un sensacional travelling sobre una pared metalizada-oro, donde se refleja de modo distorsionado el público, entreviéndose a gente ataviada con camisas pardas y con brazaletes con la gamada nazi, y congelándose la imagen, a modo de punto y aparte por lo que está por llegar; El único tema musical que se da fuera del Kit Kat, es cuando un joven perteneciente a las juventudes hitlerianas se arranca a cantar “Tomorrow belongs to me”, simbolizando la adhesión en masa a la parafernalia nazi. Comenzando la secuencia con un primer plano de un joven querubín cantando lo que parece ser una dulce balada ante un auditorio de gente que disfruta tranquilamente de una soleada mañana en un merendero. El plano se abre y el fervor de adhesión aumenta. La canción adquiere tono de himno de guerra. La escena termina con una frase demoledora “Todavía crees que les podréis parar los pies (a los nazis)?”.
Meritoria la cinematografía de Geoffrey Unsworth (“2001”), impregnando de oscuridad muchos tramos en función dramática acorde con el tono que va adquiriendo la acción, con mucho de expresionismo, con tomas holandesas, con imágenes de reflejos, con primeros planos asfixiantes, con contraluces, y sabiendo amoldarse a las secuencias musicales, aquí la edición del oscarizado por la labor David Bretherton (“Almas de metal”) crea energía.
Spoiler:
Momentos recordables: La paliza al director del Kit Kat al ritmo de una melodía bávara; El baile en la casa del barón que termina con los tres abrazados (Sally, Brian y Maximilian); Maravillosa alegoría visual, cuando Sally va a abortar se alterna con imágenes de un niño botando una pelota en unas escaleras hasta que al final le da una patada, epítome metafórico del aborto.
Vibrante musical, aunque tiene alguna tara. Fuerza y honor!!!
Para leer más del film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2022/03/cabaret.html