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3
5.8
28,193
Terror. Thriller. Intriga
Basada en un relato de Stephen King, cuenta la historia de un escritor de novelas de terror (John Cusack) bastante escéptico. De hecho, se dedica a desacreditar fenómenos paranormales ocurridos en supuestas casas encantadas. Aunque no cree en la existencia de vida más allá de la muerte, sus ideas al respecto cambiarán cuando entre en la habitación 1408 del Hotel Dolphin. (FILMAFFINITY)
31 de julio de 2008
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante los treinta o cuarenta primeros minutos de metraje, la cinta partía con un claro 10:
- La atmósfera era perfecta: con la decadencia justa que envuelve a los hoteles, con los devaneos propios de las cintas de misterio...
- Los personajes eran perfectos: un Cusack pasota y caótico; un elegante y misterioso Jackson...
- La trama era perfecta: una habitación con probadas y documentadas desgracias, cerrada al público...
Pero luego al Miguelito (AKA Mikael Hafström) se le fue la cabeza demasiado, aunque quizá la culpa la tuviera Stephen King y el pobre Miguelito se limitó a llevarla al cine - no me he leído el libro-.
El caso es que a la hora de la verdad todo el misterio y el ojiplático comienzo, se ha tornado en un devaneo onírico de pesadillas recurrentes, bastante alejado del portentoso inicio. Y realmente es una pena porque a medida que avanzaba el metraje y caían poderosamente en picado los 10 puntos, me resistia y deseaba que todo volviera a ser como al principio, y lo lograba con determinadas escenas que volvían a hacer que aumentara la puntuación,pero a los tres segundos volvía a caer...
Lo he intenado, de veras, pero no he podido salvar a la habitación 1408 del hotel Dolphin de Nueva York... para los escépticos... pasen y vean pero... jamás se hospeden en esa habitación... o lo lamentarán...
- La atmósfera era perfecta: con la decadencia justa que envuelve a los hoteles, con los devaneos propios de las cintas de misterio...
- Los personajes eran perfectos: un Cusack pasota y caótico; un elegante y misterioso Jackson...
- La trama era perfecta: una habitación con probadas y documentadas desgracias, cerrada al público...
Pero luego al Miguelito (AKA Mikael Hafström) se le fue la cabeza demasiado, aunque quizá la culpa la tuviera Stephen King y el pobre Miguelito se limitó a llevarla al cine - no me he leído el libro-.
El caso es que a la hora de la verdad todo el misterio y el ojiplático comienzo, se ha tornado en un devaneo onírico de pesadillas recurrentes, bastante alejado del portentoso inicio. Y realmente es una pena porque a medida que avanzaba el metraje y caían poderosamente en picado los 10 puntos, me resistia y deseaba que todo volviera a ser como al principio, y lo lograba con determinadas escenas que volvían a hacer que aumentara la puntuación,pero a los tres segundos volvía a caer...
Lo he intenado, de veras, pero no he podido salvar a la habitación 1408 del hotel Dolphin de Nueva York... para los escépticos... pasen y vean pero... jamás se hospeden en esa habitación... o lo lamentarán...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
No soy amiga de destripar nada en el spoiler, pero no puedo evitar comentar para quien le interese, dos de las escenas más poderosas de la película:
- El Sr. Cusack pidiéndo socorro desde la ventana de la habitación, haciendo aspavientos con las manos y encontrándose en la ventana del piso de enfrente a un hombre viendo la tele que acaba haciendo los mismos gestos, cual de un espejo se tratara para descubrir finalmente que es él mismo. Perfecta!
- No menos impactante la escena de los dieciocho pasos que le separan reptando por la fachada de la ventana de la habitación contigüa, para descubrir una fachada gigante sin ventanas, excepto la de la habitación 1408.
Un puntito por cada escena y otro por lo que pudo ser y no llegó a cumplirse.
- El Sr. Cusack pidiéndo socorro desde la ventana de la habitación, haciendo aspavientos con las manos y encontrándose en la ventana del piso de enfrente a un hombre viendo la tele que acaba haciendo los mismos gestos, cual de un espejo se tratara para descubrir finalmente que es él mismo. Perfecta!
- No menos impactante la escena de los dieciocho pasos que le separan reptando por la fachada de la ventana de la habitación contigüa, para descubrir una fachada gigante sin ventanas, excepto la de la habitación 1408.
Un puntito por cada escena y otro por lo que pudo ser y no llegó a cumplirse.