"La carretera" desde que inicia ya suena a algo ya visto, mascado mil veces y en suma, aburrido por lo sabido. Como drama, carece de enjundia, como película apocalíptica, carece de espectáculo: no deja interés en reflexionar sobre lo visto, a pesar de que su machachona insistencia moral lo intenta en prácticamente cada escena y cada conversación. Su opción por no explicar el origen del apocalipsis que asola el mundo es un quiebro acertado pero si elige la elipsis ¿cuál es el motivo de esos flash-backs explicativos sobre un personaje (la madre) que no tiene la menor incidencia dramática? Si los personajes han de salir de la nada, que sea la nada absoluta.

Dos o tres escenas derrengadas sobre un fondo largo, gris y deprimente. Viggo Mortensen, inexpresivo. El personaje del niño, inexplicable: un niño cuyos ojos han visto todo el horror del mundo, cuyo día a día es una constante sucesión de huidas y peligros...y no puede parecer más atontado. Quizás deberían darle lecciones los Goonies, que no estando expuestos a tantos peligros, andaban mucho más espabilados para estas lides.

Se insiste mucho sobre la dicotomía entre buenos/malos a las que el niño se agarra para conservar un mínimo de fe en la humanidad. La idea está bien, pero los diálogos que la secundan están hechos de un material muy pobre: envidio a los que hayan podido sacar partido de tan escasa materia prima, yo no he podido. Hay que destacar el penoso uso de una fotografía impactante que a la postre resulta ser una sucesión de preciosas estampitas postapocalípticas a las que el director no les da más uso que el meramente estético. El desaprovechamiento de lo visual es una lástima. Existen escenas en las que la cámara se detiene sin necesidad (Mortensen en la casa, sentado en el sofá) y otras -como las del triste inventario humano de la playa- sobre las que se pasa de puntillas y sin apenas detenerse.

Se podría destacar como inserto perturbador el encuentro de los protagonistas con los hombres convertidos a un cruel canibalismo si la escena no pareciese haber sido trasplantada directamente del remake que hizo Aja de "Las colinas tienen ojos". La sensación de déjà-vu, súbita e ineludible: ambas escenas son casi idénticas. No sé si es intencional o no, pero el haber visto lo mismo con anterioridad, provoca que la situación pierda gran parte de su impacto.

"La carretera" tenía todas las papeletas para ser una película admirable, salvo una: Hillcoat. Uno de esos directores malos que ruedan pensando que son buenos. No basta con tener los recursos: hay que saber utilizarlos. Él y sólo él, se encarga de destruir su película.