El director Adrian Lyne es un hombre al que le gusta mucho trabajar con historias de este calibre.
Sus temas indagan en el cine erótico pero incluyendo temas tabúes para aquella época, lo cual le considero un director muy atrevido.
La trama se centra en la relación de una mujer separada que trabaja en una galería de arte y un pez gordo de Wall Street, que poco a poco van entrando en la obsesión y experimentación sexual.
Con el transcurso de la película se ve un agotamiento anímico por ambas partes, es una gran muestra sobre las relaciones obsesivas y que se basan solamente en el sexo.
Es un film infravalorado, que dudo que llegue a tener su reconocimiento merecido.