Segunda película del director irlandés tras la correcta Without Name (2016), que se atreve en este caso con un híbrido de ciencia ficción y terror muy bizarro, protagonizado por Imogen Poots (Green Room, 2015) y Jesse Eisenberg (Bienvenidos a Zombieland, 2009).

Gemma (Imogen Poots) y Tom (Jesse Eisenberg) son una joven pareja que se ha planteado la compra de su primera casa. Para ello visitan una inmobiliaria donde los recibe un extraño agente de ventas, que les acompaña a Yonder (una nueva, misteriosa y peculiar urbanización donde todas las casas son idénticas), para mostrarles una vivienda unifamiliar para ellos.

Tras una introducción excesivamente aclaratoria, Vivarium hace gala de un tono y estética bizarro que será uno de los puntos fuertes en la película durante todo el metraje, a esto se le une una pareja protagónica que consigue transmitir al espectador el calvario que están sufriendo. La historia, con una doble lectura bastante clara, se ve envuelta de una intriga constante por saber que está pasando y que van a hacer nuestros protagonistas, los cuales lo tienen cada vez más complicado. Una vez arranca su tercer acto tras un pequeño parón de ritmo durante la parte central del film, Vivarium se torna frenética, dejando más dudas que respuestas.

Vivarium es una película con una estética extraña que la hace algo diferente, y sobre no causar gran terror, sus virtudes son más que notables y consigue ser una de las grandes propuestas del 2019.

Nota personal 7/10