Primer largometraje de este particular dúo de directores que nos han traído grandes títulos como la gran El Infinito (2017) y también han participado en la regular VHS Viral (2014).

Michael recibe un vídeo de su amigo Chris en el que se aprecian las consecuencias de años de adicción a las drogas. A pesar de las reticencias de su mujer, Michael se dirige a la cabaña de Chris para ayudarle. La situación no tarda en tomar un giro inesperado cuando los dos amigos se ven obligados a enfrentarse a sus propios demonios personales, a las consecuencias de acciones pasadas, y a fuerzas que escapan de su control.

Esta correcta ópera prima viene, al igual que lo hará toda su filmografía, cargada de personalidad y portando el sello de los directores, el cual es muy marcado. Este hecho juega tan a favor como en su contra ya que la pareja de realizadores tienen una forma muy peculiar de mostrar el terror, prescindiendo de elementos que aporten tensión (Banda sonora inquietante, jumpscares, etc.) y se limitan a mostrar situaciones inquietantes de una forma natural y con unas reacciones de los personajes que son, en ocasiones, hasta anticlimáticas. La trama, que es a priori muy sencilla, añade elementos a cada cual más extraño, sin darle realmente una explicación razonable durante todo el film que finaliza de una forma igual de incierta, por lo que el espectador deberá darle muchas vueltas para encontrar la explicación a su experimental final.

Con unas correctas actuaciones, pocos recursos y una gran cantidad de buenas ideas, Resolución no es un film para todo el mundo ya que es cuanto menos difícil de catalogar, pero no por eso deja de ser disfrutable dentro de su extrañeza.

Nota personal 6/10