Esta serie al principio parece una tontería algo insana y acaba enganchando y te quedas con ganas de más. Es muy divertida y positiva, al final todo se arregla y todos aprenden de todos. Es como un anime exagerado al límite, una sutil crítica de todo lo que sale en el resto de los animes. Los chicos al principio son un atajo de pijos presumidos e inaguantables y acabas deseando haber ido al Ouran para ir al host Club. Padres travestidos, gemelos enamorados uno de otro, club de lesbianas que roban besos, aprendiz yakuza que quiere dar patadas a las latas... No creo que haya otro así, pero seguiré buscando.