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Voto de Redelbe:
9
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27,522
Animación. Ciencia ficción. Comedia. Terror
Película basada en el cortometraje homónimo que el propio Burton realizó en 1984. El experimento científico que lleva a cabo el pequeño Victor para hacer resucitar su adorado perro Sparky, lo obligará a afrontar terribles situaciones cuyas consecuencias son imprevisibles. (FILMAFFINITY)
10 de marzo de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film triste, tristísimo, poblado por la melancolía del niño en su tránsito a la adolescencia, perdiendo referentes, seres queridos y objetivos.
El bello y puro sentimiento del pequeño con su entrañable perro Sparky es dolorosamente real y comprensible. Es precisamente en la concepción física del can que se sintetiza toda la verdad moral del film, condensando ternura, belleza, inocencia, pero también miedo, incomprensión e indefensión.
Con la acertada recreación del look y el tratamiento sonoro de esas planas y esquemáticas películas de los tristes, temerosos, vacíos años 50 norteamericanos, el film avanza ofreciéndonos un retrato de la soledad extrema que todo chaval sensible ha padecido. Un diseño de personajes casi grotesco, de violento contraste con nuestro héroe, refuerza esa sensación omnipresente.
Burton nos regala, además, varios referencias a toda su filmografía como cierre final de un círculo en lo que se antoja un autohomenaje emocional más que merecido y nada molesto, nada entorpecedor.
Viva Sparky.
El bello y puro sentimiento del pequeño con su entrañable perro Sparky es dolorosamente real y comprensible. Es precisamente en la concepción física del can que se sintetiza toda la verdad moral del film, condensando ternura, belleza, inocencia, pero también miedo, incomprensión e indefensión.
Con la acertada recreación del look y el tratamiento sonoro de esas planas y esquemáticas películas de los tristes, temerosos, vacíos años 50 norteamericanos, el film avanza ofreciéndonos un retrato de la soledad extrema que todo chaval sensible ha padecido. Un diseño de personajes casi grotesco, de violento contraste con nuestro héroe, refuerza esa sensación omnipresente.
Burton nos regala, además, varios referencias a toda su filmografía como cierre final de un círculo en lo que se antoja un autohomenaje emocional más que merecido y nada molesto, nada entorpecedor.
Viva Sparky.