Curiosa película del oeste que sin ser una maravilla, logra ofrecer un relato de venganzas, al más puro estilo clásico, con algunos toques modernos que recuerdan a un relato más propio de un tebeo.

Presenta el tradicional episodio de traiciones y venganzas, habítales del genero western, añadiendo factores demoníacos que le dan un toque original al relato.

La película cuenta en su reparto con dos veteranos intérpretes que han saboreado el éxito del público de forma diferente. Por un lado tenemos al mito erótico de los 80, Mickey Rourke que ha reconducido su carrera, gracias a su intervención en El luchador, acompañando al expresidiario y reconducido a actor, Danny Trejo.

Resulta curioso las vueltas que da la vida y como dos personas que aparentemente llevaban caminos diferentes, terminen por compartir la misma película. Pocos o nadie hubiera jurado que Danny Trejo iba a ser la estrella protagonista de una película, donde estuviera Rourke y aquí los tenemos, en Tombstone.

Mickey Rourke, se lo pasa bomba haciendo de sus diabluras, aunque su interpretación esta muy lejos de resultar maravillosa, se limita a poner su ya, perjudicada cara y tirar del prestigio que un día tuvo, pero poco más.

El tratamiento visual que le dan los responsables de la película es oscuro y muy próximo al mundo del comic, algo que se agradece y ayuda a que la trama se siga con cierto interés.

Logra entretener a pesar de que su argumento, se haya visto y presentado en numerosas ocasiones. Algunos de los enfrentamientos armados, no están bien coreografiados y se antojan lentos y previsibles, pero mantienen la tensión habitual de este tipo de películas.

La película logra resultar satisfactoria, posiblemente debido a lo poco que promete inicialmente, se deja ver y deja un extraño buen sabor de boca, las hay mucho peores.