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España España · España
Voto de Polimnia:
6
Comedia. Drama Carmina es una señora de 58 años que regenta una venta en Sevilla donde se venden productos ibéricos. Tras sufrir varios robos y no encontrar el apoyo de la aseguradora, inventa una manera de recuperar el dinero para sacar a su familia adelante. Mientras espera el desenlace de su plan reflexiona en la cocina de su casa sobre su vida, obra y milagros. (FILMAFFINITY)
6 de agosto de 2013
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“Carmina o revienta”… una reseña complicada de abordar por lo contradictorio de la película y de los sentimientos que provoca. Por una parte, goza de las naturales interpretaciones, o mejor dicho, casi reviviscencias o experiencias de Carmina Barrios y María León, que realizan un trabajo excelente (¿o puede que el papel les fuera demasiado sencillo por la similitud con sus personajes?); así como el resto de intérpretes.

Sin embargo… es una película que se adora, o asquea.
La protagonista confesora es una mujer aguerrida (muy acertada la paronomasia con el título de la autobiografía del Lute) pero sin una pizca de heroísmo, ética, moralidad o sacrificio (desde luego, el Neorrealismo le hubiera dado tintes trágicos a este argumento); si no que desborda su esencia de pícara y “lista” por todo el film. Sin duda para Carmina "la vida es muy de verdad" (¿juego entre realidad/ficción?), sin embargo... no tan "bonita"...

Carmina es un personaje que se hace querer por soportar con ese humor tan castizo de risa amarga, mirada triste e insulto en boca, su gris y monótona existencia (un marido alcohólico; una hija sin futuro y con una hija propia; un bar que no da ganancias…). Pero a la vez, resulta odiado por sus burdas artimañas, sus vulgares bromas, el trato barriobajero con su hija, y especialmente por lo que representa, un colectivo muy arraigado en los arrabales españoles, que no consigue escapar de ese ambiente, y no porque no pueda, sino porque, en muchos casos y lo que es peor, no quiere (el personaje de María es el ejemplo de este caso, una joven que podía estudiar y alejarse de ese mundo, toma el camino fácil… y aún tiene suerte de que la acoja su madre, puede que no sea casual que su madre tenga una "venta" y no un bar, u otro establecimiento).

El resto de secundarios son logros bastante conseguidos, el marido aún consigue trasladar alguna alegría al espectador, más allá de la risa zafia, que en la mayoría de los casos, provoca Carmina.

Basilio, en mi opinión, es el personaje más original de la historia (aunque también es bastante tópica su construcción), al abordar su vida desde el punto de vista de la protagonista, se suaviza su dura situación; e incluso, con una fotografía ciertamente bonita, se le dota de una aura naif, con toques casi irreales. El caso del chatarrero es la excepción, ya que visualmente, toda la película es muy “normal”, cotidiana, gris.. no llega a la estética feísta, ni kitsch, ni hortera, pero tampoco alcanza cotas estéticas remarcables (no se podría comparar con el punto grotesco o esperpéntico de directores, como Fellini, por ejemplo).

Sin duda, la “amiga de la reina” es de lo mejor de la película, por otra parte, el personaje no es nada original, es casi galdosiano en todas esas fantasías y desvaríos (¿Carmina se la cree?); pero un poco de “decencia” aporta equilibrio al film. Es el personaje que puede gustar al público más “burgués”.

Respecto al resto… guión justito, a pesar de la buscada naturalidad, hay escenas en las que solo se oyen exabruptos, aún comprendiendo la idiosincrasia andaluza. Sin embargo, hay algún monólogo, como la reflexión de Carmina sobre la muerte o el soliloquio del marido borracho con la cabra.

El recurso temporal y de confesión de la protagonista ante un receptor sí que vale la pena, por qué… ¿quién es ese receptor? ¿El espectador? ¿Algún personaje? ¿El director del film al que ella cuenta su vida? ¿Hay voluntad documental de ese ambiente costumbrista-callejero (la frase final de Clancy parece una alusión a este aspecto)? ¿Es un monólogo? ¿Un diálogo con su propia conciencia? Muy probablemente sea una autorreflexión de Carmina, que espera que llegue el momento adecuado para recoger el fruto de sus acciones…

Pero volviendo sobre ello, no es nada nuevo… el espectador avezado reconocerá enseguida los recursos: los continuos saltos temporales para no aburrir al público con el manido orden lineal de los hechos, y así mantener la tensión y la intriga, hasta descubrir al final la estrategia de la protagonista para salir a flote; el hecho de que la protagonista y su hija hablen directamente a cámara para buscar la complicidad e identificación del espectador (también aporta un toque de reportaje); el juego realidad/ficción; la casi ausencia de hechos en el film, para potenciar ese puente entre los personajes y el espectador, representando así esa “normalidad”… aunque no se debe despreciar la impresión de “exótico” que puede producir al público más “elitista”, por lo que tiene “Carmina o revienta” de distopía, en contraste con el mundo de otras clases sociales.

Pero, ¿“Carmina o revienta” traspasa el mero hecho anecdótico? ¿Supera los estereotipos y crea personajes, que aunque españoles, sean auténticos y redondos? Se le deben reconocer ciertos méritos, y tener una buena idea de base, pero el desarrollo es burdo, el final queda efectista, y deja al espectador con la sensación de no haber visto apenas nada (no me parece una buena interpretación del tópico “no pasa nada” de Chéjov).

Aún así, alabemos “Carmina o revienta” por poner frente al espectador medio, generalista, “aburguesado” una de las lacras de la sociedad española, aunque sea a golpes de risa grosera y gruesa.
Polimnia
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