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Voto de Marco Antonio del Campo:
4
7.1
14,573
Drama
"Ghost Dog" (Whitaker) es un asesino a sueldo de Nueva York, un hombre de actitud tranquila en su vida diaria que se rige bajo el código de honor de los antiguos samuráis. (FILMAFFINITY)
1 de junio de 2022
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta lenta y pretenciosa película se vertebra sobre dos ideas. Por un lado, el contraste entre la mística del bushido y el ambiente urbano criminal y decadente. Por otro, la intención manifiesta de presentar a todos los personajes negros como buenos y simpáticos y todos los blancos como malos y tontos.
Sobre la primera idea, no veo mal esa búsqueda de una esencia por encima de las formas y del tiempo, pero en este caso la cosa sale fallida, pues esa diferencia formal deja de serlo y pasa a ser una contradicción muy burda: la introducción y el uso de las armas de fuego fue justo lo que arruinó todo ese código de honor sobre el guerrero y su arma noble en el combate cuerpo a cuerpo. Todo queda al final como “lo que Hollywood entiende por la mística samurai”, usado por el atractivo que causa en una mente occidental tendente a la idealización.
En cuanto a la segunda idea, se ve que el “wokismo” no es un fenómeno reciente. Los mafiosos, delincuentes y cazadores blancos de corazón negro no son aquí sólo malos, sino también absurdamente tontos, como niños de comportamiento problemático, infantilmente excéntricos (como el jefe ennortado con los dibujos animados), y sobre todo torpes, racistas, ignorantes, prejuiciosos con las demás culturas y crueles con los animales. En el equipo de los buenos tenemos en cambio al protagonista, de códigos éticos inquebrantables, al inocente cayuga, a la adorable niña negrita, ávida lectora de libros, y al empalagosamente bueno y simpático vendedor de helados.
Sobre la primera idea, no veo mal esa búsqueda de una esencia por encima de las formas y del tiempo, pero en este caso la cosa sale fallida, pues esa diferencia formal deja de serlo y pasa a ser una contradicción muy burda: la introducción y el uso de las armas de fuego fue justo lo que arruinó todo ese código de honor sobre el guerrero y su arma noble en el combate cuerpo a cuerpo. Todo queda al final como “lo que Hollywood entiende por la mística samurai”, usado por el atractivo que causa en una mente occidental tendente a la idealización.
En cuanto a la segunda idea, se ve que el “wokismo” no es un fenómeno reciente. Los mafiosos, delincuentes y cazadores blancos de corazón negro no son aquí sólo malos, sino también absurdamente tontos, como niños de comportamiento problemático, infantilmente excéntricos (como el jefe ennortado con los dibujos animados), y sobre todo torpes, racistas, ignorantes, prejuiciosos con las demás culturas y crueles con los animales. En el equipo de los buenos tenemos en cambio al protagonista, de códigos éticos inquebrantables, al inocente cayuga, a la adorable niña negrita, ávida lectora de libros, y al empalagosamente bueno y simpático vendedor de helados.