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España España · Granada
Voto de Calvente:
9
Thriller. Drama Dos amigos dedican su tiempo a construir lanzallamas y otras armas con la esperanza de que se produzca un apocalipsis global que despeje el camino de su banda imaginaria, Mother Medusa, y asumir ellos el dominio de la humanidad. Mientras aguardan el comienzo de la destrucción, uno de ellos conoce a una joven carismática de la que se enamora rápidamente. Tras un intento de integración en el grupo, la pareja huye en un viaje de traición, ... [+]
24 de enero de 2012
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Woodrow y Aiden tiene veintitantos años. O tal vez treinta y pocos. No sabemos de qué viven, pero no parecen tener mucho que hacer y beben demasiado. De pequeños vieron “Mad Max” y les marcó como críos, por ello se entretienen fabricando lanzallamas y preparando un coche para cuando llegue el apocalipsis liderar a los supervivientes. El apocalipsis puede no llegar, pero ellos dan sentido a su existencia soñando que en un mundo reducido a cenizas podrían ser los héroes a quién seguir. Y mientras tanto, una noche, Woodrow conoce a Milly y ambos se enamoran. Pero aunque el apocalipsis no llegue para todos la hecatombe si puede marcar sus vidas.
“Bellflower” cuenta una historia tremendamente simple, como el amor y el desamor, pero con tal maestría que no vemos como se desarrolla la trama, sino que la sentimos en nuestras carnes. En una época donde tanto el cine comercial como el indie parecen haber encontrado sus límites, Evan Glodell consigue hacernos sentir sensaciones que yo al menos creía extintas. Y lo logra mediante una realización inmaculada para un amateur, con unas actuaciones que resultan creíbles al cien por cien, una banda sonora inmejorable y una fotografía única. No en vano el propio Glodell fabricó su propia cámara de cine de 35 mm con el fin de que obtuviera la tasa de pantalla extralarga y la paleta cromática que deseaba. Ambas cosas dan al resultado la sensación de una pieza de arte en el sentido de unicidad que da contemplar un producto que por su fabricación no puede ser reproducido.
Pero la forma no ahoga al fondo sino que lo potencia. En el fondo la historia de ambos amigos, y la historia de Woodrow y Milly es un reflejo hermoso y cruel de la sociedad en que vivimos, donde los niños no tienen prisa en crecer, y donde perseguir las fantasías infantiles se convierte en la única vía para afrontar una madurez para la que no se está preparado.
Con el tiempo “Bellflower” se convertirá en el referente de una época como en otro tiempo lo fue la nouvelle vague o “Requien por un sueño”. Una película que no debería encorsetarse bajo el sello “de culto” porque lo trasciende hasta convertirse en la película más valiente, sincera y original en años. Y eso sólo puede llamarse CINE. Con mayúsculas.
Calvente
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