Sin haber visto Expediente Warren, esta será una crítica personal a la historia a modo independiente que tiene esta película.
El mal no tiene fin, es una realidad a veces material concéntrica que se apodera de las voluntades y surge de la propia oscuridad. Corin Hardy apunta este tanto con esta película llena de controversia, basada en el caso real de la monja de Borley, pero tal vez mezclado con otros elementos sobrenaturales históricos como el demonio Valak que toma diferentes formas.

En cualquier caso es este misterio con el que Hardy juega proyectando una de las atmósferas menos clásicas y más espectrales de una película de terror, pero no tanto por los efectos como por las sorpresas, aunque llega un momento que ya caen ambos en el exceso y poco te consume, te sorprende.
Es por tanto una película que conllevaría un 5 por mi parte, pero el reparto realmente lo ha hecho bien.
Demian Bichir, Taissa Farmiga (hermana de Vera Farmiga) y Jonas Bloquet realmente componen un trío que funciona.
La joven novicia, ingenua pero visionaria, y como sus protectores el padre fuerte en su fe y su lucha por el bien, y el joven campesino emigrante Franchute, quien pasa de proyectar la carne a ser un testigo y un componente activo en la historia.

Son personajes bien escritos, y los efectos como el niño fantasmal muy siniestros, pero cansinos, muy cansinos. Para verla sin esperar demasiado.