Y un mensaje en el oído supera la pantalla. Bong Joon Ho es un cineasta de gran calibre; usa un mensaje y acondiciona una trama llena de brillantes soluciones para ir engrosando su ejercicio artístico con gran talento; un excelente planificador de escenas y de puesta en cuadro, poniendo en valor el aspecto dramático y extrapolandolo a través de variados signos, detalla una historia singular con buen pulso narrativo, sobre todo, en su primera parte.
La labor de los actores, jugando con la excentricidad de la trama, ayuda a completar una película que no puede dejarte indiferente. Finalmente, si no te has sentido atrapado por las emociones, la partitura de esta obra hará que te envuelvas y te revuelvas, de todas formas.

Un éxito, un pleno, un preámbulo de lo que vino después bien merecido.