Atipica Roadmovie, profunda, sutil, bellísima, compleja, pequeña obra maestra del polaco Pawel Pawlikowski que formaría el perfecto programa doble (antes y después) con La Cinta Blanca.
Haneke se sumergía con sutileza en los gérmenes del Nazismo y Pawlikowski nos muestra sus consecuencias, pero es mucho mas ambicioso y trata un sin fin de temas profundos (holocausto, colaboracionismo, represión política, inocencia, culpabilidad, despertar sexual, religión, etc.) demostrando que no es necesario para ello alargar el metraje en exceso.
Este polaco es un narrador brutal y un fantástico director. Cada plano esta planificado al milímetro. Una bellísima fotografía para un mágico blanco y negro. La elección de los 4:3 alargan los encuadres, eso le permite alternar kilométricos planos largos y medios con los actores ocupando solo las esquinas inferiores con primeros planos sobre los expresivos ojos de esa novicia judía tan perdida como la vieja Europa.
Todo eso y de repente suena Naima de Coltrane, que mas se puede pedir. Fabulosa, bellísima.
9/10.