Si una película cuando se desarrolla sólo en el presente ya puede ser interesante, meter en el juego el hecho de tener que contar de antemano con lo que seguro pasará en el futuro para actuar en el presete, cambiando así el presente y el futuro, es increíble.

Nicolas Cage está una vez más soberbio, increíble en su papel. El final es espectacular, de las que dejan huella, y Jessica Biel está encantadora y sensual.

No se la pierdan amigos.


-El intelectual-