Cuando usas de esa forma internet y otros medios para promocionar una película, haciéndo creer que los sucesos son totalmente verídicos, lo que creas es una enorme expectación. Pero cuando toda esa gente corre en masa al cine a ver la película lo hacen con unas espectativas que en muchos casos son mucho mayores de lo que la película da. Para mí eso es lo que hizo 'El proyecto de la bruja de Blair', una película de terror que da menos miedo que un huevo frito, por decir algo, y cuyos únicos sobresaltos proceden del ambiente creado.
Esta mala película, que podría haber sido quizás mejor si el guion estuviera más pulido y las interpretaciones fueran más creíbles, yo la veo como el diario de cómo unos chavales jóvenes se pierden en el campo. Lo peor de todo es que aún hay gente que cree que esta película es un documental y que los actores que aparecen desaparecieron de verdad. Lo que puede hacer una buena campaña de marketing.