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España España · El árbol de la ciencia, calle Pío Baroja
Voto de Lulita:
5
Drama. Romance Chris Wilton (Jonathan Rhys Meyers) es un ambicioso y joven profesor de tenis con escasos recursos económicos. Gracias a su amistad con Tom Hewett (Mattew Goode), consigue entrar en la alta sociedad londinense y enamorar a su hermana Chloe (Emily Mortimer). Tom, por su parte, sale con Nola Rice (Johansson), una atractiva americana, de la que Chris se encapricha nada más verla. El azar, la pasión y, sobre todo, la ambición llevarán a ... [+]
5 de marzo de 2023
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Madre mía, 500 críticas y una puntuación de 7,7 ni más ni menos. Y yo, que soy cinéfila pura y dura, no me acuerdo ni de qué iba la trama ni de absolutamente nada, salvo de una escena en la que juegan al tenis mientras de fondo se recita una frase pretenciosa (que no recuerdo ni qué decía, sobra decir).
Por ese motivo es que me dispongo a verla ahora mismo en La 1, a ver si los abundantes años que separan el primer visionado y el de ahora marcan alguna diferencia. También la vuelvo a ver porque un amigo me habló de ella cuando le conté sobre "Dronningen" (de la cual se trata mi última crítica), así que quiero ver cuáles son las similitudes. Ahora vuelvo.

(...)

Ya volví. En realidad tardé dos días, porque a mitad del visionado me entraron náuseas muy intensas, me quedé dormida del dolor, y luego al final tuve que ir al baño y vomitarlo todo. Para cuando retomé el visionado, ya me había perdido perfectamente una hora de cinta. Así que tuve que buscarla online (en la web de RTVEPlay no la subieron subtitulada, qué raro) y ver lo que me quedaba por ver.

Voy a ir al grano. Creo que esa cinta tiene tantas críticas y una puntuación muy alta por el simple hecho de que es una película culta pero fácil de entender y seguir, lo cual hace que cualquier persona con cualquier nivel de coeficiente intelectual la pueda ver, entender y hacerle una crítica a la vez que queda como Dios porque ha podido criticar una película que es de culto, de Woody Allen ni más ni menos encima.

Las diferencias con "Dronningen" son abismales. Es cierto que ambas versan sobre la naturaleza humana y a lo que puede llegar un ser humano cuando necesita mantener su status quo, pero la forma de desarrollarlo es radicalmente distinta en ambas. Cuentan una historia que transcurre en una familia de clase alta y hay un personaje que pertenece a una clase inferior y que tiene un final trágico. Ésas son las coincidencias. Ahora bien, en "Dronningen" hay muchos silencios, mucha fluidez entre las escenas y en las interpretaciones, y la tensión está bien calculada y consigue dejarte con el estómago en un puño, revuelto. En "Match Point"... como mucho, me provocó náuseas. Punto.

No conseguía recordar absolutamente nada de esa película sencillamente porque me pareció completamente plana, monótona y sin ningún momento de clímax, ni siquiera me suscitó intriga por lo que pudiera poder pasar. Simplemente no me interesó el devenir de ninguno de los personajes. No conseguí empatizar.

De hecho, voy a contar algo gracioso que leí cuando buscaba información sobre la película. Scarlett Johannson contó que Woody era capaz de echarse una cabezadita en cualquier parte, y de hecho le hizo varias fotos porque le hacía mucha gracia. Es que, POR FAVOR, si el propio director se duerme haciendo la película, cómo puede pretender que yo no lo haga.

En fin. Woody Allen se dedica a hacer diálogos, a veces monólogos, y a hacer que sean sofisticados y llenos de referencias y toques de genialidad. Es en lo que es bueno. Pero en una película no es de lo más conveniente recurrir únicamente a los diálogos para dotarla de cierto interés. Es que, además, el tono y el contenido de los diálogos no encajaba en absoluto con la dimensión de los hechos que se iban presentando. Me dio la sensación de ser, en varias ocasiones, excesivamente frívolos y superficiales a pesar de estar llenos de neuroticismos y reflexiones intimistas: quizás es que las palabras conviene apoyarlas con hechos, y Allen no se curró demasiado eso de los hechos (es decir, las interpretaciones en sí).

¿Es buena la historia? Sinceramente, es que eso da igual. Yo siempre digo que lo importante no es el qué, sino el cómo. Un niño aprenderá matemáticas encantado si se la enseñan de la manera adecuada, por ejemplo.

La moraleja, o tal vez la falta de ella, también es irrelevante. Nuevamente, insisto: si no apoyas las palabras con hechos, si no consigues emocionar al espectador, el mensaje que quieres dar quedará en el olvido.

Y ya está, no puedo decir nada más porque esa película no me inspira decir nada más. Queda, una vez más, confirmada mi aversión por el cine woodyalleniano. Menos mal que cuenta con una legión de fans incondicionales, así no se sentirá tan mal el pobre director.
Lulita
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