Clásico de los 80 que aprovecho el trono de dos humoristas que ya habían coincidido previamente en otras películas. Es una comedia muy sencilla y con un humor muy blanco. No se complican mucho, John Candy hace de tipo irritante y Steve Martín de pijo que se verá forzado a aceptar a éste como compañero de viaje. Una especie de 'La extraña pareja' pero en roadmovie. Si conoces a los actores ya sabes lo que te espera.

No es gran cosa, pero si la ves acompañado de alguien a quien le gusta te puedes dejar llevar y pasar un buen rato.